"ARAÑA MUTANTE" (2001) emerge como una entrega más de la serie "Creature Features" orquestada por la tríada Lou Arkoff, Colleen Camp y Stan Winston. Es menester para los neófitos de la franquicia, hacer un breviario acerca de estos homenajes fílmicos orientados a honrar el legado de Samuel Arkoff, insignia del cine de serie B de los 50. Estos films, lejos de ser calcos fidedignos, se erigen como variaciones creativas sobre obras previas, poniendo especial énfasis en el sobresaliente trabajo del estudio FX de Winston, el cual ha concebido figuras coleccionables temáticas.
Quentin es un fanático de los cómics algo simple que pasa sus días trabajando como guardia de seguridad en un laboratorio de investigación biológica y las noches soñando con superhéroes. Cuando unos delincuentes asaltan el laboratorio, su compañero resulta muerto en el tiroteo. Sobrepasado por su dolor, se inyecta una droga altamente secreta elaborada a partir de la sangre de una araña del laboratorio. Poco a poco, los efectos de la inyección van alterando su cuerpo, y a medida que Quentin abandona la forma humana y se va convirtiendo en una araña, desarrolla un apetito al que tendrá que hacer frente.
Restricciones estrictas enmarcaron cada proyecto: márgenes de rodaje de dieciséis dias y presupuestos acotados a 3.5 millones de dólares. Estos parámetros constituyen un verdadero desafío, en especial si añdimos el inclusion de efectos visuales de peso. Si bien Sebastián Gutiérrez marcó precedentes con la anterior pelicula del proyecto "LA CRIATURA" (2001), "ARAÑA MUTANTE" solicita juicio bajo la batuta de Scott Ziehl, quien anteriormente, con "MAS ALLA DEL LIMITE" (1998) nos brindó una pieza vibrante recordándonos a la obra de Scorsese titulada "AL LIMITE" (1999). Pese a que la cinta se desliza sin contratiempos ante la mirada del espectador, su falta de resonancia la priva de un asiento en la memoria a largo plazo. El fallo radica en su guion previsible y en personajes poco desarrollados. Gutiérrez, con su "LA CRIATURA", supo que la receta para la excelencia, dentro de marcos financieros limitados, era destilar el guion y propiciar una atmósfera sólida, lo que falta sin duda, en la dirección de Ziehl.
Tras una introducción en clave de jazz paródico y un arranque dinámico, la trama de "ARAÑA MUTANTE" desemboca en una interpretación camuflajeada de "LA MOSCA" (1986) de Cronenberg. El filme se reduce a la odisea mutante de Quentin, con ecos del infortunio biológico de Jeff Goldblum, sin que Ziehl equipare la profundidad de la mente de Cronenberg. Aquí, el director prioriza el cumplimiento de las expectativas con un mínimo de suspense y efectividad en los efectos. La criatura destacada, si bien efectiva, cumple en el clímax final. Dan Aykroyd, en un papel secundario, poco hace por reforzar el impacto de las escenas. Sin ser injustos, "ARAÑA MUTANTE" sobrepasa la media y seduce por sus paralelismos esporádicos con el super héroe Spider-Man. No obstante, Ziehl solo roza la superficie de la evocativa parábola de la adolescencia que los comics del hombre araña plasma con destreza.
En definitiva y resumiendo: "ARAÑA MUTANTE" se defiende como un entretenimiento ameno. Scott Ziehl con su largometraje, una suerte de híbrido entre el Spider-Man del cómic y la sombra de Cronenberg, proporciona un pasatiempo disfrutable, prometiendo una distracción sin grandes demandas para el espectador que disfruta de este tipo de productos cinematográficos.