El exorcismo de Georgetown (2024)

 

"EL EXORCISMO DE GEORGETOWN" (2024) se presenta como una propuesta intrigante, prometiendo una nueva perspectiva sobre el subgénero de posesiones demoníacas. Aunque ha generado opiniones divididas, la película ofrece elementos destacables que merecen ser reconocidos, incluyendo un elenco talentoso que brilla en sus respectivos roles. Sin embargo, también enfrenta desafíos técnicos, como problemas de montaje y una escena final rodada cinco años después del resto de la película. 

Sinopsis:

Anthony Miller (Russell Crowe) es un actor con problemas que empieza a desmoronarse durante el rodaje de una película de terror sobrenatural. Su distante hija (Ryan Simpkins) se pregunta si su padre está volviendo a sus adicciones del pasado o si hay algo más siniestro detrás...

Uno de los aspectos más destacados de la película es su premisa original. En lugar de centrarse en un exorcismo convencional, la trama se desarrolla durante el rodaje de una película sobre este tema, Esta metaficción cinematográfica ofrece un potencial narrativo interesante, aunque no se explota en su totalidad. Además funciona como un anexo al rodaje de "EL EXORCISTA" (1973), explorando el drama del alcoholismo de Jason Miller, padre del director Joshua John Miller. La película se convierte en un intento de redención y perdón, y aunque no alcanza la profundidad emocional deseada, consigue evocar una atmósfera lúgubre y melancólica que recuerda a los clásicos del género.


El reparto, encabezado por Russell Crowe, ofrece actuaciones convincentes. Crowe, en particular, destaca por su interpretación de un actor atormentado por sus propios demonios, transmitiendo una vulnerabilidad y desesperación palpables. Sam Worthington - que ha tenido que sufrir un recorte del personaje en el montaje- Ryan Simpkins como hija del personaje de Crowe ofrece una buena interpretación que elevan el material. La fotografía y la dirección de arte contribuyen a generar una sensación de inquietud y misterio, sumergiendo al público en un ambiente opresivo.


Sin embargo, la película también presenta problemas de montaje que afectan el ritmo y la coherencia narrativa. Además, la escena final, rodada cinco años después del resto de la película, se siente desconectada y fuera de lugar, lo que resta impacto al desenlace. "EL EXORCISMO DE GEORGETOWN" radica en su falta de profundidad narrativa y en la ejecución de algunos elementos. La trama, aunque original, se desarrolla de forma predecible en ciertos momentos, y los sustos no logran el impacto deseado. La combinación de elementos sobrenaturales con el mundo del cine, si bien interesante, no termina de cuajar de manera totalmente convincente.


En definitiva y resumiendo: "EL EXORCISMO DE GEORGETOWN" tenía el potencial de ser una película innovadora y perturbadora, pero se queda en un intento interesante de revitalizar el subgénero de posesiones. A pesar de sus fallas, la película ofrece una atmósfera inquietante, buenas actuaciones y una premisa original que atraerá a los amantes del terror que busquen algo diferente. Sin embargo, los problemas de montaje y la escena final rodada años después lastran el resultado final.