Al no poder vengarse de B. Kane, pues le agujereó las manos, un viejo pistolero ejercita a jóvenes discípulos para que así puedan consumar su venganza por él.
La trama arranca con un vibrante golpe de intensidad; un maestro pistolero es vilmente traicionado y mutilado por uno de sus pupilos, convirtiendo a este amotinado aprendiz en el antagonista de la historia. Este punto de partida establece un tono de cruda dualidad moral que persistirá a lo largo del metraje. La habilidad de Dallamano para tejer una historia de venganza y redención es de una maestría que rinde coqueteo a las obras de Sergio Leone, con quien el director trabajó como cinematógrafo. La cinematografía merece mención especial. La lente de Dallamano captura el árido y polvoriento paisaje con un ojo artístico, a veces crudo, otras teatral y coreografiado, construyendo una paleta visual que diversifica el relato y potencia emociones. Los encuadres del director ponen de manifiesto las cruentas realidades del oeste, logrando que el espectador no solo esté frente a la pantalla, sino que sienta el peso del sol y la desesperanza del horizonte.
El desempeño actoral está encabezado por Enrico Maria Salerno y Venantino Venantini. Salerno, que interpreta al desfigurado maestro de armas, ostenta una presencia escénica magnética, comunicando en su silenciosa mirada un vórtice de dolor y sed de venganza. Venantini, por su lado, encarna a la traición y el egoísmo con un carisma que logra que el espectador oscile entre el desdén y la fascinación de dicho personaje. El guion, aunque en ocasiones tiende a apoyarse en clichés del género, brinda un retrato de la pérdida y el perdón. Hay diálogos que enfrentan al espectador con el significado del revólver y sus inmediatas consecuencias. A través de estos intercambios verbales y no verbales, "BANDIDOS" trasciende el mero espectáculo de acción, para incitar una reflexión sobre la naturaleza del odio y la violencia.
La música, compuesta por Egisto Macchi, eleva la narración. Con compositores como Ennio Morricone configurando el sonido de la época, Macchi entrega una partitura que aporta una sofisticación al filme. La melodía no solo acompaña la acción, sino que también alienta a los espectadores a sumergirse en las profundidades emocionales de la historia. No obstante sus cualidades, "BANDIDOS" tiene sus puntos débiles. Un ritmo a veces errático puede confundir al espectador menos familiarizado con el género, y algunas sub tramas pueden sentirse menos desarrolladas, como sacrificadas en cierto momento por el trio protagonista.
En definitiva y resumiendo: "BANDIDOS", es una muestra singular de cómo el Western Europeo –o Spaghetti Western– bebió de las fuentes americanas para transformarlas y devolverlas con un sabor distintivamente propio. Massimo Dallamano ofrece con esta película una narrativa fuerte, algún personaje memorable y suficientes giros de guion para mantener el interés hasta el último minutos. Aunque quizás no goce de la fama de otros titanes del género, esta cinta se erige orgullosa en su individualidad, y merece tener un lugar destacado en la lista de películas esenciales para cualquier aficionado al Western.