Ambientada en la Tierra de Oz, mucho antes de la llegada de Dorothy Gale desde Kansas. Elphaba es una joven incomprendida por su inusual color verde que aún no ha descubierto su verdadero poder. Glinda es una popular joven marcada por sus privilegios y su ambición que aún no ha descubierto su verdadera pasión. Las dos se conocen como estudiantes de la Universidad Shiz, en la fantástica Tierra de Oz, y forjan una insólita pero profunda amistad
Desde los primeros compases, WICKED impresiona con una dirección artística y un diseño de producción que transportan al espectador al mágico reino de Oz. La película combina elementos de musical clásico con una estética contemporánea y moderna, creando un espectáculo visual a la altura de la historia que quiere contar. Los colores —que utiliza verdes y rosas de manera simbólica— y las naturales transiciones entre números musicales son reflejo de la buena dirección por parte de Chu al equilibrar lo grandilocuente con lo íntimo. La narrativa se centra en la compleja relación entre Elphaba (Cynthia Erivo) y Glinda (Ariana Grande), dos jóvenes de personalidades opuestas cuyas vidas se entrelazan en una amistad marcada por tensiones y redenciones. Elphaba, con su piel verde, representa lo marginado y diferente, mientras que Glinda encarna el privilegio y la popularidad. Este contraste, brillantemente plasmado tanto en el guion como en la dirección, es el corazón emocional de la película que funciona de manera maravillosa.
Cynthia Erivo se sumerge en la vulnerabilidad de Elphaba, una figura trágica y heroica que lucha por encontrar su lugar en un mundo hostil. Su interpretación combina una fuerza emocional palpable con una voz que trasciende la pantalla, especialmente en momentos clave como la emblemática canción "Defying Gravity". Por otro lado, Ariana Grande sorprende muy gratamente con su habilidad para equilibrar el humor tontorrón y la emotividad en Glinda, ofreciendo una actuación que revela nuevas capas de complejidad en un personaje tradicionalmente más ligero. El elenco secundario, liderado por Jonathan Bailey como Fiyero, complementa la historia principal con actuaciones sólidas que añaden profundidad a las relaciones y al contexto político de Oz. La química entre los actores refuerza los temas centrales de la película, como la tolerancia, el sacrificio y la importancia de desafiar las normas establecidas.
El musical se mantiene fiel a sus raíces teatrales, con una banda sonora compuesta por Stephen Schwartz que constituye el núcleo de la narrativa. Cada canción no solo impulsa la trama, sino que amplifica las emociones de los personajes, ofreciendo un flujo continuo de momentos conmovedores y espectaculares. Jon M. Chu demuestra una dirección muy buena en los números musicales, utilizando movimientos de cámara dinámicos y coreografías precisas que evitan la monotonía y mantienen al espectador inmerso en la acción. La película no teme abrazar su naturaleza musical, presentando secuencias grandilocuentes que celebran la tradición clásica mientras exploran un estilo de lenguaje cinematográfico mas contemporáneo.
Más allá de su gran estilo visual, WICKED aborda temas de actualidad con sensibilidad y profundidad. La discriminación, la aceptación de lo diferente y el poder de la amistad son mensajes que resuenan en un mundo cada vez más polarizado. La historia de Elphaba, quien desafía las expectativas y lucha contra el prejuicio, es un reflejo de las luchas modernas por la igualdad y la justicia. Aunque la película evita caer en el melodrama, sí encuentra momentos de introspección que le otorgan una dimensión adicional. En especial, las escenas con silencios o con mínimos diálogos destacan por su capacidad para transmitir emociones autenticas a través de la actuación y el lenguaje cinematográfico.
En definitiva y resumiendo: WICKED es una obra que combina espectáculo, emoción y relevancia, reafirmando el potencial del cine musical para cautivar e inspirar. Con interpretaciones memorables, una buena dirección y una narrativa que equilibra lo épico y lo íntimo, la película se erige como un entretenimiento perfecto. Este primer capítulo deja al público ansioso por la segunda parte, prometiendo una conclusión que podría consolidar a WICKED como una de los musicales cinematográficos más interesantes de los últimos años. Si bien puede haber pequeños fallos, como momentos de iluminación discutible y un CGI que en ocasiones se nota demasiado y te hace desconectar de la historia, esto no opaca el brillo general de una producción que celebra el cine en su forma más vibrante. WICKED es una carta de amor a los musicales y un recordatorio de que, a veces, desafiar la gravedad es la única manera de volar.