Mister Video: El Zorro contra Maciste (1963)

En la rica y variada cinematografía italiana de los años 60, donde la experimentación y la fusión de géneros eran moneda corriente, surge "EL ZORRO CONTRA MACISTE" (1963), una película que desafía las convenciones al unir dos figuras emblemáticas de la ficción aventurera: el astuto espadachín enmascarado y el coloso de la fuerza bruta. Bajo la dirección de Umberto Lenzi, esta peculiar producción nos invita a un viaje a través de un reino en crisis, donde la intriga política y la acción desenfrenada se entrelazan en una danza de capa y espada, y músculo.

Sinopsis:

Tras la muerte de Felipe II, rey de Navarra, las princesas Malva e Isabel esperan averiguar cual de ellas le sucederá en el trono. Malva, cruel y ambiciosa, intuyendo que la elegida será Isabel, intenta apoderarse del testamento para sustituirlo por otro que le sea favorable y por ello contrata a Maciste con el encargo de conseguir el documento. Al mismo tiempo, Isabel, percibiendo la maniobra de su pérfida prima, contrata con el mismo propósito al zorro. Tras varios acontecimientos, el testamento llega a las manos de Maciste, quien sin embargo, se da cuenta de las malas intenciones de Malva.

"EL ZORRO CONTRA MACISTE" se beneficia de una estructura narrativa y un ritmo ágil que mantiene la atención del espectador. Lenzi demuestra su habilidad para presentar la trama de manera clara y concisa, sin caer en excesos narrativos. Sin embargo, la película adolece de una falta de profundidad en la caracterización de sus personajes principales. Pierre Brice, en el papel de El Zorro, cumple con los movimientos y las frases características del personaje, pero su interpretación carece de la chispa y el carisma que han hecho de este héroe un referente cultural. En contraste, Sergio Ciani, como Maciste, aporta una dosis de humanidad y humor al coloso, haciéndolo más cercano al público. El reparto secundario, compuesto por actores veteranos del cine italiano como Moira Orfei y Massimo Serato, cumple con su cometido, pero es Maria Grazia Spina, en el papel de Isabel, quien destaca por su frescura y naturalidad. Spina dota a su personaje de una personalidad encantadora que aporta un contrapunto a la seriedad de los protagonistas masculinos.

En el apartado técnico, la película presenta una factura correcta, para el poco presupuesto con el que contaban, con una fotografía adecuada y una banda sonora funcional. Sin embargo, la puesta en escena carece de la espectacularidad y el virtuosismo visual que caracterizan a las grandes producciones de aventuras. Las escenas de acción, aunque bien coreografiadas, resultan algo predecibles y carentes de originalidad.


La idea de unir a dos héroes tan dispares como El Zorro y Maciste es, sin duda, audaz y atractiva. La película logra momentos de interés al explorar el contraste entre la astucia del espadachín y la fuerza bruta del coloso. Sin embargo, la ejecución no alcanza todo su potencial. La falta de una mayor profundidad en los personajes y la ausencia de un estilo visual más distintivo impiden que la película trascienda su condición de curiosidad cinematográfica. A pesar de sus limitaciones, "EL ZORRO CONTRA MACISTE" conserva un valor histórico como testimonio de la creatividad y la osadía del cine italiano de los años 60. En una época en la que los géneros se mezclaban con libertad y los cineastas experimentaban con nuevas fórmulas narrativas, esta película se erige como un ejemplo de esa búsqueda constante de nuevas formas de entretenimiento. 


En definitiva y resumiendo: "EL ZORRO CONTRA MACISTE" es una película que, si bien no alcanza la categoría de una buena película, ofrece una experiencia entretenida y curiosa para los amantes del cine de aventuras y los interesados en la historia del cine italiano. Su mezcla de géneros, su ritmo ágil y sus momentos de humor - en ocasiones, involuntario- la convierten en una opción interesante para una tarde de cine en casa. Aunque no sea una película memorable, su singularidad y su contexto histórico la hacen merecedora de ser descubierta y apreciada por las nuevas generaciones de cinéfilos -si se atreven con ello-.