Sitges 2020: Rent-A-Pal

 

RENT-A-PAL (2020) está lejos de ser una historia terrorífica, es más bien un thriller sobre la soledad, un tema que no suele abordarse en este género. La película, escrita y dirigida por Jon Stevenson, sumerge a los espectadores en el mundo de un hombre triste y aislado que sueña con una conexión humana significativa (al ser posible del sexo opuesto) solo para encontrarla repetidamente fuera de su alcance. Al retener los elementos del thriller tradicional hasta el último acto, Stevenson nos da tiempo para absorber la miseria de este tipo para que su eventual desenredo tenga un gran impacto. Gracias a una excelente actuación principal por parte del actor Brian Landis Folkins, el viaje que emprendemos es interesante.

Ambientada en 1990, un soltero solitario llamado David (Brian Landis Folkins) busca la manera de escapar del aburrimiento diario que le supone cuidar de su madre anciana (Kathleen Brady). Un día descubre por accidente una extraña cinta de vídeo llamada Rent-A-Pal presentada por el carismático Andy (Wil Wheaton). Esta ofrece todo lo que David necesita: compañía, compasión y amistad. Sin embargo, su relación tiene un coste mucho más alto de lo que él está dispuesto a pagar.

RENT-A-PAL funciona porque se toma la soledad en serio. Stevenson observa de cerca el mundo de David: vive en el sótano sucio de su madre, recibe abuso verbal por parte de ella, no tiene a nadie con quien hablar. Sentimos la desesperación que proviene de pensar que la vida podría no mejorar para él. Formar conexiones es difícil, en el mejor de los casos, cuando ya no existen. David no tiene a nadie en quien confiar, nadie a quien acudir, nada sobre lo que construir. Por esa razón, es fácil aceptar la idea de que cuando consigue la cinta de Vhs titulada “Rent-a-Pal (alquila un amigo), por patética que sea, ofrece un rayo de esperanza. Puede que Andy no sea un verdadero amigo, pero al menos está ahí para él.

Folkins hace un gran trabajo al representar el casi el 60% de su presencia en la pantalla, transmitiendo el hambre insaciable de la interacción. Muchas de sus escenas requieren que interactúe frente a un televisor. Sin embargo, ese vínculo llega a parecer auténtico. Folkins nos convence de que David está obteniendo algo al volver a ver la cinta una y otra vez, incluso si solo está en su mente (o no). En consecuencia, RENT-A-PAL adquiere un ambiente efectivamente incómodo en ocasiones. Nos preocupamos profundamente por el personaje incluso en sus peores momentos.

La contribución de Wil Wheaton no puede subestimarse y es brutalmente efectiva. Su papel consiste enteramente en sentarse en una silla y hablar con alguien que no está realmente allí. Aun así, la forma falsamente amistosa en que expresa sus líneas vende todo el concepto de la película. Wheaton es el arma secreta de RENT-A-PAL porque interpreta a Andy (o, debería decir, al actor que interpreta a Andy) con un toque de condescendencia, como si este tipo fuera plenamente consciente de que está grabando una cinta para "perdedores". Aunque Andy es técnicamente amigo de David, también es un poco antagonista. Esa dinámica es fascinante a todos los niveles.

En definitiva y resumiendo: RENT-A-PAL es un thriller sobre la soledad del ser humano, este aspecto funciona, aunque como punto negativo, ciertos tramos se hacen bastante lentos o repetitivos. Es posible que el espectador pueda ver hacia dónde se dirige RENT-A-PAL antes de que llegue allí, pero no es que importe. La película al fin de al cabo trata del daño psicológico que pueden infligir a una persona en periodos prolongados de soledad y aislamiento.