Sitges 2020: Slaxx

 

A lo largo de la historia de las películas de terror, muchos objetos que normalmente no tienen vida (como tomates, muñecos, rosquillas, neumáticos de coche, ascensores, etc.) se han convertido en máquinas de matar sedientas de sangre. En la sátira de terror dirigida y coescrita por Elza Kephart y cuyo título es SLAXX (2020), ahora son unos pantalones (o jeans) los que están tratando de matar a quienes los usan. Está claro que el espectador no puede esperar una gran película sobre unos pantalones que matan gente, pero SLAXX intenta ser una comedia de terror con una gran carga critica hacia la naturaleza consumista y en contra de las corporaciones con más de un secreto para esconder.

“Cuando unos pantalones poseídos comienzan a asesinar a los trabajadores de una tienda de ropa, dependerá de Libby, una joven idealista, detener lo que parece ser un inevitable baño de sangre”.

SLAXX al fin de al cabo es una comedia de terror canadiense de bajo presupuesto que rebosa un humor en ocasiones incómodo, escenas sangrientas (aunque no tantas como querría esperar) y mucho comentario social para aquellos que buscan consumir una película de esta naturaleza. No es ningún secreto para cualquiera que me conozca, que las comedias de terror, para decirlo a la ligera, no son mis favoritas. La sátira, por otro lado, es uno de los tipos de comedia que puede apetecerme más, y eso es lo que me atrajo de SLAXX. Al contar la historia de una joven protagonista, Libby e interpretada por Romane Denis donde ella es la nueva empleada que se incorpora en una tienda de una gran empresa de ropa de marca. El problema es que su nueva línea de jeans podrían ser criaturas vivientes sedientas de sangre que quieren devorar al personal.

Lo que atraerá al mayor número de espectadores a SLAXX es la audacia de hacer una película con pantalones asesinos. Hace solo uno o dos años que los fanáticos pudieron disfrutar de IN FABRIC (2018) una película de terror y comedia negra sobre un vestido asesino. Si bien uno podría tener la tentación de comparar ambas, las películas no podrían estar más separadas en estilo y elección. SLAXX es puro cine de entretenimiento. Ya sea por la forma incómoda en que los personajes interactúan, la forma torpe en la que se retrata la tienda o la pura extravagancia de ver a unos pantalones sorber sangre. Si bien no todos los chistes funcionan e incluso se hacen repetitivos, su rápido tiempo de ejecución evita que la película profundice más en los personajes secundarios para darles más profundidad y tiempo para brillar, y solo se enfoca en el material que funciona en su beneficio. ¿Quién iba a imaginar que la música de Bollywood participaría tan activamente en una película sobre pantalones asesinos?

Casi de inmediato, más allá del aspecto de comedia de terror de la película, SLAXX tiene como objetivo enviar un mensaje, al comenzar con una niña india recogiendo algodón para la compañía que eventualmente fabricaría los pantalones asesinos. El director y coguionista Elza Kephart quiere asegurarse de que haya algo con lo que el espectador se quede, una vez acabada la película, aparte de los pantalones asesinos. Curiosamente, esta crítica anti-consumista del capitalismo corporativo y las tácticas salvajes que usa para venderse a compradores y empleados son la mejor parte de la película. Tal vez sea mi propia desconfianza general hacia el sistema, que haga que eso como espectador, a pesar de que la película tiene un problema de repetición de esquemas desde el inicio hasta casi el final, y quien no entre en la película seguramente no le gustara, siendo en ciertas ocasiones torpe en sus intenciones.

En definitiva y resumiendo: Como toda comedia de terror, dependerá del gusto y la preferencia del espectador, pero SLAXX cumple con lo que promete (que no es mucho tampoco). Hay un elevado sentido de crítica social que es vencedor a ciertas tonterías de la película que no aportan nada. SLAXX no es una película para todos, pero la divertida mezcla de terror, sátira y pantalones asesinos se convierte en una curiosidad que merece ser vista.