Gaza Mon Amour (2020)

 

No hay Palestina sin Israel. Lo que se aplica a la situación política real también se aplica a la industria cinematográfica: es casi imposible encontrar una película palestina que de alguna manera no haga referencia a su abrumadora vecina. Pero hay otra forma de hacerlo, como muestra GAZA MON AMOUR (2020), una tragicomedia que no solo consigue poner en primer plano a las personas en lugar del país en el que se encuentran. Pero también es decididamente una historia de amor.

Gaza, hoy. Issa, un pescador de sesenta años está secretamente enamorado de Siham, una mujer que trabaja en el mercado con su hija Leila. Cuando descubre una antigua estatua fálica de Apolo en sus redes de pesca, Issa la esconde, sin saber qué hacer con este misterioso y poderoso tesoro. Sin embargo, en el fondo, siente que este descubrimiento cambiará su vida para siempre. Curiosamente, su confianza comienza a crecer y finalmente decide acercarse a Siham.

Los hermanos Tarzán y Arab Nasser, que juntos dirigen y escriben el guion, cuentan dos historias independientes que se superponen en el tiempo. Una tiene que ver con el romance que se avecina entre un pescador y la sastre, que ya han pasado su mejor momento, pero a quien todavía se le puede conceder un poco de suerte. La otra gira en torno al descubrimiento inesperado de una estatua, que le da a Issa una serie de experiencias desagradables, pero también numerosos momentos absurdos que contrastan con los hombres con los que tiene que tratar regularmente.



De todos modos, la película es sorprendentemente divertida. Una y otra vez los hermanos Nasser en la historia se burlan de alguien. Sobre todo, los miembros de Hamas, que determinan todo y cuya hipocresía se expone con deleite, los que los deja como una figura poco aconsejable. Pero la vida cotidiana también se caracteriza por situaciones extrañas, por ejemplo, cuando la hermana de Issa (Manal Awad) interfiere en su vida amorosa e intenta decirle a un hombre de una edad avanzada si se le permite casarse, y especialmente con quién no. Y, sin embargo, hay una calidez entre los dos que solo existe en las personas que han pasado toda su vida juntas. Una simpatía que se ha vuelto rara en la gris vida cotidiana, que consiste principalmente en prohibiciones y medidas.



También los hermanos Nasser mezclan lo ordinario con lo absurdo, lo amargo con lo alegre. Después de todo, el hecho de que la vida sea un desastre no significa que tengas que dejar que tu humor se eche a perder. Y así se celebran los constantes cortes de energía, la guerra se convierte en una farsa aparentemente surrealista, incluso la prisión no parece un lugar de castigo. A veces, uno puede tener la impresión de que el sufrimiento real debe ser trivializado, que alguien no está del todo en este mundo. Al mismo tiempo, esto también es una fortaleza: la película busca el amor en la nada, lo bonito en medio del horror. Muchas preguntas quedan sin respuesta, desde la estatua hasta los personajes y sus historias. Pero la película te hace soñar con todas las posibilidades que ofrece la vida, aunque no quede nada de ellas.



En definitiva y resumiendo: GAZA MON AMOUR habla del amor y como alguien se puede enamorar de nuevo. La película muestra la amarga vida cotidiana, pero la afronta con humor y coraje para soñar, transformando el terror en una farsa a veces absurda, frente a la cual se representan historias llenas de calidez.


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