Ya es hora de que la franquicia cinematográfica de G.I Joe tuviera
un reboot (quizá solo lo pedía yo). Después de la aburrida G.I JOE: LA VENGANZA (2013),
todo lo que iba a ser una franquicia desapareció de la faz de la Tierra ya que
Paramount estaba más preocupada con otra línea de juguetes de Hasbro (TRANSFORMERS). Ahora es el momento de empezar de nuevo,
con un nuevo comienzo y no hay mejor lugar para comenzar que con una película
sobre los orígenes de Snake Eyes, que como no, su título es SNAKE EYES: EL ORIGEN (2021).
Paramount ya lanzo un X-MEN ORIGENES: LOBEZNO (2009) colocando al miembro más popular del equipo en
el centro de atención. En un mar de gente con armas y atuendos militares, la
mejor carta para reiniciar la franquicia es contar la historia del asesino
ninja y darle más protagonismo que nunca.
Película de acción basada en la conocida línea de juguetes G.I. Joe. Este spin-off se centra en la historia de los orígenes de Snake Eyes (Henry Golding), el ninja silencioso siempre vestido de negro y del que no se conoce el rostro, y cómo intenta convertirse en miembro del clan Arashikage. Junto a él conoceremos otros personajes como La baronesa (Úrsula Corberó) y su archienemigo Storm Shadow (Andrew Koji).
El actor Henry Golding ha cautivado al público durante los últimos años, protagonizando intereses amorosos o protagonistas románticos, pero ahora protagoniza un vehículo de acción propio y lleva esta película como protagonista. Golding ofrece una actuación central totalmente aceptable, que se equilibra sin esfuerzo entre ser rudo y encantador. Hay una sorprendente cantidad de peso emocional en el viaje del héroe de SNAKE EYES y, a pesar de que Golding es un talento notable, así que su actuación me sorprendió para bien. Al fin de al cabo esta es SU película y brilla como un asesino ninja que todo el mundo conoce y ama. Pero sin duda, quien se lleva el mejor personaje y actuación es Andrew Koji como Tommy Arashikage, quien queda cautivado por la bondad y la confianza de Snake Eyes después de salvar su vida de la Yakuza. Los dos tienen una química tan fuerte en pantalla, que se enfatiza mucho al principio de la película. A medida que avanza la película, y cuanto más tiempo pasan separados, se da cuenta más el espectador que el papel de Koji tiene muchas más capas porque el desarrollo de su hermandad es efectivo, especialmente cuando sabes cómo termina el curso de su relación.
Dado que esta es la historia no contada de Snake Eyes, que ni siquiera tuvo una historia sobre los orígenes o habló, de hecho, debo felicitar a los guionistas Evan Spiliotopoulos, Joe Shrapnel y Anna Waterhouse por aplicar una historia de orígenes (en su mayor parte) fundamentada que mantiene el liderazgo titular como foco principal. Puede presentar personajes familiares del G.I Joe que se reintroducen con nuevos actores que los interpretan (Samara Weaving como Scarlett y Úrsula Corberó como La baronesa) porque esto es un reboot, pero siempre se asegura de que Snake Eyes y su arco se enfoquen por completo en lugar de tratar de vincular las cosas en un universo más grande. Además, debido a que se rodó gran parte de la película en Japón, donde se desarrolla la mayor parte de la historia, la película se siente auténtica y, al mismo tiempo, mantiene una sólida atmosfera.
Las coreografías de luchas son prácticas y las secuencias de acción no dependen demasiado del CGI. Se podría decir tranquilamente que SNAKE EYES es un thriller criminal de Kathryn Bigelow. Esta película es literalmente LE LLAMAN BODHI (1991) pero con clanes ninja. Se trata de una "hermandad" con el hombre que lo dejó entrar en su mundo con los brazos abiertos ... y todo por sus propios motivos ocultos. Realmente toca las mismas teclas que LE LLAMAN BODHI en la misma línea que la primera A TODO GAS (2001) y, en lo que respecta a la narrativa, funciona. Hay momentos desgarradores a lo largo de la relación de Snake Eyes y Tommy, especialmente cuando son tan íntimos sobre sus emociones el uno hacia el otro. Hay mucha alma y moralidad integradas en la historia y es más efectivo de lo esperado. Honestamente, esto se habría convertido en una película de acción destacada si solo hubieran tenido un cineasta, preferiblemente asiático, que supiera cómo dirigir la acción.
Sinceramente, hubiera elegido a el director Robert Schwentke (RIPD, RED) como la última persona en dirigir esta película. Su nombre ni siquiera debería haber estado en la lista porque su dirección es mediocre. La película presenta escenas masivas que involucran enjambres de ninjas y miembros de Yakuza en varios lugares. A medida que anticipa el comienzo de estas gloriosas escenas de acción, ya está fallando en la forma que filma esas secuencias, que dependen en gran medida del movimiento manual (o el “tembleque”). Al principio, crees que es una elección de estilo, especialmente cuando te presentan a Snake Eyes en su primer combate y se usa para expresar el valor y la brutalidad. Cuando las secuencias de acción aumentan en número y se enfrentan a una gran cantidad de “stunts” que luchan en un combate cuerpo a cuerpo, la cámara en mano se utiliza en todo momento. Hay extraños momentos en los que obtienes una vista general, pero en su mayor parte, no es más que una cámara inestable y es a la vez nauseabundo y molesto. Se pone peor cuando se establecen varias secuencias de acción por la noche, porque realmente no existe la iluminación adecuada (os juro que se ve todo muy oscuro) y al constante movimiento frenético.
Como espectador me sentía mal por el coordinador de acrobacias y peleas que trabajó en esta película porque la dirección de Schwentke disminuye por completo sus esfuerzos y hace que la mayoría de las secuencias de acción no sean atractivas. Me imagino al coordinador de peleas Kenji Tanigaki yendo al estreno y diciendo: “Pero que mierda ha hecho con mis escenas” cada vez que ve una secuencia de combate muy bien coordinada, pero luciendo de una manera infecta debido a la cámara inestable y los cortes rápidos. Casi todos los éxitos de taquilla orientados a la acción de este año terminaron siendo una tarea ardua porque los estudios contratan a los cineastas menos calificados para dirigir estas películas de acción de gran presupuesto. Tenías a Niki Caro en MULAN (2020), Simon McQuoid con MORTAL KOMBAT (2021) y ahora Robert Schwentke en SNAKE EYES. ¿Por qué contratan a directores que no saben cómo dirigir películas de acción en estas películas de acción de casi $ 100 millones? Es absurdo. Mientras tanto, películas independientes asiáticas, rodadas con un pequeño presupuesto tienen mejor dirección.
Hacia la segunda mitad de la película, toda la atmósfera en cierta medida se desvanece. De alguna manera, la película se convierte en una extraña película tipo “cómic” en la que presenta un macguffin que de alguna manera es tan integral en la trama que bien podría ser algo sacado del UCM. Entra en juego tan tarde que convierte la película en algo absurdamente diferente de lo que debería haber sido. Y la integración dentro del universo G.I Joe tampoco le hace mucho bien, por lo que la narrativa se interrumpe en algunas ocasiones (la escena de Weaving en un lavabo) y el tono serio se vuelve un poco fanfarria de feria barata.
En definitiva y resumiendo: SNAKE EYES: EL ORIGEN me dio una sensación agridulce cuando termino. Por un lado, me sorprendió, ya que esperaba una mala película y en realidad me entretuvo en todo momento, aparte de referencias al cine asiático que me parecieron un añadido muy efectivo. Hay una sorprendente cantidad de calidad tanto en la historia como en las actuaciones para hacer de SNAKE EYES la mejor película de G.I Joe. Audazmente, le da a un personaje silencioso más protagonismo que nunca en un largometraje que tiene corazón y encanto. Pero las secuencias de acción están rodadas de una manera lamentable, todo por culpa de una dirección torpe en todo momento, aparte de unos giros de guion que no se entienden (elementos mágicos) o añadir personajes que podrían haber sido elegidos para una secuela. Pero si te gusta el cine para desconectar, los ninjas y un guion que en su mayor parte funciona, sin duda ve a ver SNAKE EYES: EL ORIGEN porque quizá te sorprenda para bien.