Rambo: Last Blood (2019)


Después de haber vivido un infierno, John Rambo (Sylvester Stallone) se retira a su rancho familiar. Su descanso se ve interrumpido por la desaparición de su ahijada tras cruzar la frontera con México. El veterano emprende un peligroso viaje en su busca, enfrentándose a uno de los carteles más despiadados de la zona. Así, descubre que, tras su desaparición, hay oculta una red de trata de blancas. Con sed de venganza, deberá cumplir una última misión desplegando de nuevo sus habilidades para el combate.


Es cierto que hace ya unos años Stallone sintió cierta curiosidad por protagonizar el remake de DEATH WISH (2018) y que al final acabo protagonizando Bruce Willis, si hubiera ocurrido en realidad no estaría muy lejana de lo que nos ofrece RAMBO: LAST BLOOD (2019). Un poco diferente al resto de la saga, enfatiza una (muy) sangrienta venganza sobre la heroicidad, y está demostrando ser la película que más está dividiendo a los fanáticos, aunque ciertamente nos ofrece una “carnicería” de primer nivel que espera el espectador, incluso si se limita solamente al tercer acto de la película.



De hecho, RAMBO: LAST BLOOD parece que se construyó alrededor de un concepto para la escena de acción climática, una “home invasión” de más de veinte minutos donde Stallone ofrece el 100%. El resto de la película, que dura ochenta y nueve minutos (con créditos) está dedicada a construir las expectativas para esa gran escena, haciéndola doblemente satisfactoria cuando ocurre. Aun así, de alguna manera no se siente como una película RAMBO. Es extraño verlo en un nuevo territorio, un rancho en Arizona y las calles de México, ya que es soldado de la jungla. Incluso en ACORRALADO (1982), está en modo de supervivencia, por lo que ver a Rambo destrozando un entorno urbano es discordante. Sin embargo, Rambo sigue siendo Rambo, atormentado por todo lo que ha vivido y cínico como siempre.


Si bien solo toma unos quince minutos para que la “hija sustituta” de Rambo, Gabrielle (Yvette Monreal), se vaya a México en busca de su verdadero padre, la relación entre los dos se ve afectiva, principalmente porque hemos tenido cuatro películas para establecer su humanidad. Es agradable ver a Rambo con un poco de esperanza, incluso si se va a torcer todo. Parece que Stallone se inspiró en dos de las películas de acción más populares de nuestra era, LOGAN (2017) y VENGANZA (2008). Al igual que en LOGAN, se enfatiza en la edad de Rambo, con él tomando pastillas y recibiendo una paliza. La fórmula VENGANZA también se utiliza, con la figura de la hija amenazada, aunque Gabrielle está sujeta a mucho más salvajismo aquí, tanto que es la única vez en una película de Rambo que pensé que Sly podría haber ido demasiado lejos. Nunca ha sido un actor que evite representar el lado más oscuro de la humanidad, y creo que estableció un récord para el salvajismo que se ve en pantalla.


Stallone está totalmente comprometido, con Rambo como un interesante contrapunto a su otro papel icónico, Rocky. En las películas de CREED (2015/2018) vemos cómo Rocky envejece, convirtiéndolo en un modelo de esperanza. Por el contrario, Rambo solo se atormenta a medida que envejece, a pesar de un breve respiro con Gabrielle y su querida ama de llaves, María (Adriana Barraza). Todo esto funciona bien, con el compositor Brian Tyler haciendo guiños a las partituras de Jerry Goldsmith que nos recuerdan que la oscuridad aún contamina el alma de Rambo, incluso si en este momento parece estar en paz.



Si la película tiene algún fallo importante, es similar a JOHN RAMBO (2008), donde los villanos son solo un aspecto en el montaje. Nadie en el cartel tiene mucho espacio para el desarrollo. Son anónimos, diferenciados por el hecho de los dos principales, uno de los cuales es salvaje (Óscar Jaenada) mientras que el otro es más sereno (Sergio Peris-Mencheta). Hasta cierto punto, no se sienten importantes, aunque ambos son lo suficientemente malvados como para que cuando las cosas lleguen a un punto crítico, estés ansioso por verlos sufrir.
También parece que se cortó bastante en la sala de montaje, el papel de Paz Vega como periodista a la que Rambo acude antes del tercer acto, pero lo que hace exactamente para ayudarlo en ese momento nunca se explica, como si su gran momento se hubiera cortado. También hay que comentar que en las versiones de la película en USA, Canadá y UK se cortó un prólogo que involucraba a Rambo rescatando a una familia de una inundación repentina, lo cual es una pena ya que la película se queda sin un gran momento heroico para el personaje, pero que por suerte aquí en España nos has llegado la versión con ese prologo.



En definitiva y resumiendo: A pesar de sus defectos, no puedo negar que me lo pase muy bien con RAMBO: LAST BLOOD. Incluso si es posiblemente la más floja de la saga (aspecto que no comparto, porque para mí la peor es RAMBO III) nunca es menos que útil, y la última media hora es una pieza clásica de acción muy exagerada, por lo que es una visita obligada para verla en los cines. Hay una razón por la que Rambo es un ícono, y Stallone todavía tiene el pulso para realizar ese personaje. No veo ninguna razón por la cual la saga se tenga que acabar aquí. Si hay alguna aventura más para Rambo, seguramente seré de los primeros en ir a verla.



Rambo 5