A finales del siglo XIX dos genios, Thomas Edison (Benedict
Cumberbatch) y George Westinghouse (Michael Shannon),
compiten -éste último junto a Nikola Tesla (Nicholas Hoult)- para
crear un sistema sustentable de electricidad y poder comercializarlo a todos
los Estados Unidos en lo que se conoce como la 'guerra de las corrientes', una
rivalidad entre ambos en la década de 1880 por el control del incipiente
mercado de la generación y distribución de energía eléctrica.
Los lectores se preguntarán ¿Qué hace haciendo una crítica
de una película del 2017 pero que se estrena a principios de 2019? Hace un par
de años, esta película biográfica repleta de estrellas estaba preparada para recorrer
la temporada de premios después de debutar en el Festival Internacional de Cine
de Toronto, pero luego sucedió algo. Harvey Weinstein fue lo que
paso. Originalmente comprada para su distribución por The Weinstein Company, LA GUERRA DE LAS CORRIENTES (2017) se archivó tras las innumerables revelaciones (sobre el
puto acosador de Weinstein) y la posterior crisis comercial. Después
de un nuevo corte y dos años más tarde, la película finalmente llega a la gran
pantalla ¿Valía tanto la espera? Sinceramente a medias.
Ambientada en el ambicioso telón de fondo del sueño
americano de finales de 1800, cuenta la batalla que tuvieron Edison, Westinghouse
y Tesla para competir por ser el nombre dominante que “iluminara” el mundo. La
película rastrea a los personajes en sus diferentes y opuestos enfoques a la
electricidad, con mentes geniales que no solo están haciendo grandes avances en
física, sino que también se involucran en la guerra política para salir como
claro vencedor. Aquí está el tema. No hay una sola persona en el mundo que no
se haya beneficiado de los descubrimientos e inventos de los personajes que están
en la pantalla, pero lamentablemente LA GUERRA DE
LAS CORRIENTES simplemente no puede
aprovechar todo lo que podía ofrecer la narrativa. Con un metraje de 107
minutos, no se siente en ningún momento lenta o aburrida, pero si tiene una repetición
en los esquemas que no sorprende en ningún momento. Hay pequeños destellos de
interés e intriga a lo largo de la historia, especialmente en un sentido
técnico que realmente es lo mas interesante de toda la película.
En términos de la lista de actores, sería difícil encontrar
una selección tan buena como la que tenemos. Como Thomas Edison, Benedict
Cumberbatch está en su salsa como un genio extraño y antisocial, que
puede recordar a su propio Sherlock Holmes o Doctor Extraño, con su arrogancia,
pero con también un toque de vulnerabilidad que hace que la mayoría de las
actuaciones de Cumberbatch sean agradables de ver. El enigmático Michael
Shannon quizás tenga el trabajo más interesante como su rival George
Westinghouse. Quizás con el beneficio de interpretar al menos 'famoso' de los
dos, Shannon aporta muchos más matices a su personaje, retratando
a un hombre con más capas de las que revela Edison de Cumberbatch.
Hay menos bravuconería y seguridad en Westinghouse, y una cosa por la que le
daré crédito a la película es que, durante su historia, el espectador ira eligiendo
a uno de los dos para que resulte ganador de esa “carrera eléctrica”. De la
misma manera que MARIA, REINA DE ESCOCIA (2018) los dos actores principales comparten solo una
escena juntos en la pantalla, pero no puedo decir que sea un crescendo tan
efectivo como la escena entre Margot Robbie y Saoirse Ronan.
Nicholas Hoult está infravalorado en el papel de Nikola Tesla. Se siente mucho como si la película
no supiera qué hacer con este tercer miembro de la 'guerra', y como resultado,
quién podría haber sido una de las actuaciones más carismáticas de la película,
se queda con momentos molestos aquí y allí. Lo mismo podría decirse de actores
como Tom Holland y Katherine Waterston, quienes
tienen muy poco que hacer con sus papeles, simplemente solo siendo una cara
reconocible para el espectador.
En definitiva y resumiendo: LA GUERRA
DE LAS CORRIENTES es un drama histórico
que tiene interés en lo que quiere contar, pero el guion tiene un tratamiento
superficial y desigual sobre los tres personajes principales. Ciertamente no saldrás
del cine con una sensación de haber visto algo que te vaya a cambiar la vida,
pero su gran elenco con unas buenas actuaciones hace que la película en sí,
merezca al menos un visionado, ya sea para descubrir un rumbo en la historia
que cambio el mundo.