STAR LIGHT (2020) es una de esas extrañas películas de terror de
bajo presupuesto que desearías que fueran más extrañas para destacar algo sobre
ella. A primera vista, este terror centrado en adolescentes tiene un esquema
que podría describirse caritativamente como novedosa, así como una o dos buenas
actuaciones y algunos giros de guion moderadamente inesperados. Pero en la
ejecución de estos aspectos, STAR LIGHT no puede evitar sentirse como una película que se ha
visto antes y probablemente volverás a ver en poco tiempo; un pastiche de otras
películas mejores, pero que se sale con la suya sintiéndose como “independiente”
al no tener pretensiones artísticas, como cualquiera de esos insufribles dramas
independientes directos a VOD.
STAR LIGHT tiene todos
los elementos necesarios: una única ubicación provista de varios arquetipos
adolescentes, un villano alocado que cobra vida por un Bret Roberts
que parece una versión alocada y cocainómana de un villano de SCOOBY-DOO, y un misterio en torno a lo que está
sucediendo exactamente. El largometraje necesita un buen tiempo para
convertirse en una historia de terror y cuando lo consigue, abarca desde el
slasher hasta la tontería sobrenatural, sin decidirse nunca por un tema o idea
durante demasiado tiempo antes de decidirse por otro y desechar la anterior.
De alguna manera, esto es una ventaja. El guion del
codirector Mitchell Altieri junto a Jamal M. Jennings
y Adam Weis va a lugares inesperados y se divierte llegando allí,
hasta un punto que creo que el público (puede) que agradezca. Pero el hecho de
que STAR LIGHT se
sienta como un “monstruo de Frankenstein” con tantas ideas que también
significa que nunca se concentra en un elemento lo suficiente como para hacer
algo tan interesante con él. En el momento en que el elenco comienza a sufrir
unas consecuencias sangrientas, yo por mi parte hacía mucho tiempo que dejé de
hacer caso de lo que estaba sucediendo y, en cambio, estaba intentado adivinar
que nueva (gilipollez) idea iba a suceder.
En definitiva y resumiendo: STAR
LIGHT tiene una sensación de desperdicio
que siempre esta presente. Entre el elenco, Taylor-Compton hubiera
merecido un personaje más desarrollado, y Johnson tiene
suficiente carisma para llevar cómodamente el protagonismo. Pero todo equivale
a algo decepcionante y que ya hemos visto en demasiadas ocasiones. STAR LIGHT es una pequeña
película que brilla intensamente durante un rato, pero su luz no dura mucho,
hasta acabar fundida del todo.