WAY DOWN (2021) funciona de acuerdo con un esquema tan simple
como efectivo: un grupo de personajes/ladrones que son lo más contradictorios entre
sí, planean un robo espectacular, en el que la implementación generalmente se
asocia con una serie de problemas durante el robo y donde la mayoría se
solucionan de la manera más disparatada. Quizá posiblemente ese toque de “locura”
que tienen estas películas es lo que llamara la atención a Jaume Balagueró para
dirigirla, con una trama que mezcla un legendario tesoro pirata con la Copa del
Mundo del 2010.
La leyenda de que el Banco de España es inexpugnable y no se puede atracar no asusta a Thom Johnson (Freddie Highmore), el brillante y joven ingeniero reclutado para averiguar cómo acceder a su interior. El objetivo es un pequeño tesoro que va a estar depositado en el banco solo diez días. Diez días para descubrir el secreto de la caja, diez días para urdir un plan, diez días para preparar el asalto, diez días para aprovecharse de un plan de fuga irrepetible, cuando la esperada final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica reúna a cientos de miles de aficionados a las puertas del propio Banco. Diez días para alcanzar la gloria… o para acabar en prisión.
Sin duda uno de los problemas que tiene WAY DOWN es que se toma demasiado en serio a pesar de su premisa, por lo que la producción española, enriquecida con algunas estrellas internacionales en sus mejores momentos al menos logra entretener al espectador, pero rara vez tiene un encanto propio o ingenio para ser reconocida por ella misma. Un total de cinco guionistas participaron en el insípido guion de WAY DOWN. Sin embargo, parece que los cinco guionistas se hayan dedicado a ver películas sobre robos/atracos y apuntar lo mejores momentos, para que WAY DOWN los tenga absolutamente todos, convirtiéndose en un “cliché con patas” que los más cinéfilos descubrirán en todo momento lo que va a ocurrir a continuación. Por supuesto, el espectador puede tragarse todo esto, sin embargo, esto no contribuye exactamente a la credibilidad del escenario, que se ocupa de la lógica racional.
En cuanto a la artesanía cinematográfica, sin embargo, WAY DOWN cumple. Jaume Balagueró marca un ritmo alto y, a pesar de los agujeros en el guion, logra construir un nivel de tensión en ciertas escenas que son interesantes (como descubrir cual es el sistema de alarma de la cámara acorazada). Una gran parte del elenco intenta defender como puede a sus personajes porque, en última instancia, solo son las figuras comunes del cliché del género: Freddie Highmore permanece inmóvil como un “nerd” y solo le permiten brillar en situaciones peligrosas o cuando tiene pensamientos ingeniosos sobre cómo realizar el robo. Sam Riley muestra más un perfil con un estilo rudo, pero también le falta el tiempo o desarrollo para tener un personaje más interesante. Famke Janssen, solo tiene dos escenas al principio y luego se despide de la película durante casi todo el metraje (por dios, que deje ya de realizarse cirugía plástica). Por otro lado, Axel Stein realiza el papel cómico de pirata informático barbudo con una gorra de béisbol llamado Klaus y que se dedica a comer comida basura. Astrid Bergès-Frisbey, José Coronado, Liam Cunningham y Luis Tosar cumplen con sus papeles, pero como repito, ninguno tiene tiempo para brillar en WAY DOWN.
Si los personajes no brillan, el humor que pretende tener la película se queda en tierra de nadie. Mientras tanto, el escenario durante la final del mundial de futbol es realmente solo un reclamo para atraer al público español a los cines, utilizando la nostalgia del “Iniesta de mi vida” para volver disfrutar de que la selección española fue campeona del mundial, ya que la situación actúa como un momento de distracción en este thriller, que está unido con ingredientes que ya todo el mundo conoce.
En definitiva y resumiendo: La respuesta española a OCEAN´S ELEVEN (2001)
carece cualquier tipo de originalidad en este género, aunque el espectador casual
disfrutara de la película seguramente. Tiene un buen ritmo y no aburre, que eso
ya es mucho en los tiempos que corren, pero una vez vista, el cerebro robara
toda la información sobre WAY DOWN y nunca mas te acordaras de ella. Al fin de al cabo
es puro entretenimiento.