Mister Video: Los rios de color purpura (2000)

 

Al decir verdad, llegué un poco tarde, cuando vi por primera vez LOS RIOS DE COLOR PURPURA (2000), pero recuerdo que tuvo bastante éxito en esa época donde las películas de asesinos en serie que hace tiempo que se volvió socialmente aceptable en los años 90 a través de obras como EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (1991) o SEVEN (1995) y se convirtió por derecho propio de un género de nicho a uno de pura raza.

El mismo día, en dos lugares separados por 300 kilómetros de distancia, a dos policías les asignan investigaciones muy particulares. Pierre Niemans (Jean Reno), un hombre con experiencia y un instinto infalible para los casos criminales, viaja a Guernon, una ciudad universitaria de los Alpes, donde se ha cometido un violento asesinato. Mientras tanto, el joven y solitario Max Kerkerian (Vincent Cassel), un antiguo ladrón de coches cuyo amor al peligro lo llevó a ingresar en la policía, está investigando en Sarzac la profanación de un cementerio, especialmente la tumba de una niña que murió hace veinte años. Inesperadamente, se establece una conexión entre ambos casos.

Basado en un libro del autor Jean-Christophe Grangé, que tuvo gran aceptación como la adaptación cinematográfica, tanto que dio para una secuela LOS RIOS DE COLOR PURPURA 2 (2004) y una serie lanzada en 2018. El director Matthieu Kassovitz eligió para el elenco a Vincent Cassel después de participar en la famosa película EL ODIO (1995) que lanzo al propio actor al estrellato. Pero quien es la verdadera estrella es el actor Jean Reno como investigador y con unos “poderes” que le hacen descubrir cualquier pista (algo que no se explica en la película en ningún momento) y que acaba juntándose en la investigación con un malhumorado policía que no es otro que Cassel, convirtiendo la historia en una “buddy movie” con elementos de thriller y de Giallo, bien implementados, pero también con sus desventajas.



El espectador se introduce fácilmente en una historia emocionante y misteriosa, desde el comienzo de ella, a pesar de tener elementos “sobrenaturales” sobre todo en el primer tercio de la historia, pero que desaparecen como el humo a la primera de cambio. Algunas preguntas quedan sin respuesta incluso después del final de la película. Pero bajo mi opinión, no creo que un espectador que vaya a ver LOS RIOS DE COLOR PURPURA tenga el listón muy alto con sus exigencias. Incluso si el curso de la acción se vuelve cada vez más sencillo después de la impresionante introducción, la idea básica detrás de todo ya es bastante absurda. Cualquiera que cometa el error de pensar realmente en todo lo que se dice a estas alturas puede preguntarse: ¿Esto en serio? ¿Cómo puede ser algo tan estúpido y descabellado?



Y, sin embargo, vale la pena ver el thriller. Además de las sólidas actuaciones de Reno y Cassel, que se encuentran entre colegas y oponentes, las imágenes visuales son particularmente memorables. Las tomas desde las montañas y la universidad en un remoto lugar son tan atmosféricas que casi no se necesita historia. LOS RIOS DE COLOR PURPURA no puede competir con los thrillers de la década de 1990, pero tiene elementos para hacer disfrutar al espectador.



En definitiva y resumiendo: LOS RIOS DE COLOR PURPURA pasa de ser emocionante y entretenida, a ser un completo absurdo, pero sorprendentemente puede cumplir con todos los objetivos que plantea, a veces individualmente, a veces todo a la vez. En esta combinación de “Buddy Movie” con un Giallo moderno, con una puesta en escena fundamentalmente potente y un dúo actoral que cumple con creces, se hace un largometraje disfrutable, del que es mejor no pensar demasiado. Recomendable.