Reza por el Diablo (2022)

 

No es inusual que aparezcan películas de terror dentro de las fechas de Halloween, pero lo que me resulta curioso, e incluso atrevido, es que llegue a nuestras carteleras REZA POR EL DIABLO (2022) en fechas navideñas, cuando digamos que la religión está en una época de bondad y alegría. Pero siempre se agradece este tipo de propuesta lejos del azúcar que nos da la cartelera y mas si son de terror.

Una joven monja, la hermana Ann (Jacqueline Byers), se prepara para un exorcismo y se enfrenta a una fuerza demoniaca que está misteriosamente relacionada con su pasado.

Como ya se puede insinuar por el título, REZA POR EL DIABLO está dentro del género de personas poseídas y el consecuente exorcismo, lo que lanza la pregunta al espectador de ¿Realmente lo has visto todo como fanático de terror? Admito que tengo debilidad por el director Daniel Stamm, ya que dirigió la que, para mí, es una de las mejores películas sobre este tema en los últimos años, el largometraje titulado EL ULTIMO EXORCISMO (2010) que utilizo inteligentemente este genero para darle un giro de tuerca. Y la idea básica sobre la que se sustenta REZA POR EL DIABLO no es mala en absoluto y mas cuando “casi” todo ya esta inventado o plasmado en una pantalla. La historia trata de sacar provecho de un subgénero que se ha vuelto monótono. Y ahí entra la idea de que casi todo lo que sucede ocurra en una escuela de exorcismo. No se explica en demasía, porque a día de hoy todavía están presentes, ni tampoco juegan un papel importante en la trama, pero ya situar la acción ahí, es algo original. Además, REZA POR EL DIABLO hace un símil entre el mundo moderno con su tecnología y la tradición católica. Esto se asocia con un toque feminista cuando, a las mujeres solo se les permite ser accesorios decorativos que no tienen nada que decir durante un exorcismo. El verdadero trabajo lo hacen los curas. Está claro que las cosas no van a quedar así y no deben seguir así. Como era de esperar, la protagonista se probará a sí misma y realmente puede mostrar a los hombres que no es solo una mujer con fe.



Eso es algo que se puede trasladar al cine en general. Una y otra vez hay una plantilla interesante que se utiliza bien y en ocasiones falla. Nuevos caminos conducen a viejas convenciones. A menudo no parece que este muy planeado sobre el guion. Cuestiones como el trauma o los trastornos mentales que son los que pueden provocar que alguien crea que este poseído es interesante en la trama de REZA POR EL DIABLO. Todo de alguna manera esta desordenado, pero es coherente con lo que pretenden mostrar. REZA POR EL DIABLO trabaja con personajes que son, en el mejor de los casos, estereotipos. A menudo ni siquiera es suficiente para eso. El padre Dante (Christian Navarro), que está en la escuela con Ann, se construye como el segundo personaje principal, pero nunca desarrolla una personalidad en el proceso. Ni siquiera es realmente importante para la trama, exceptuando una escena que da paso a un exorcismo.



Estamos ante un guion esquemático de ese terror de los años 90. Solo tiene personajes ligeramente desarrollados para dar paso a escenas de terror. Y esas partes con la palabra terror, me han funcionado. Hay varios exorcismos durante el metraje, así que el aburrimiento en el espectador nunca aparecerá. Daniel Stamm sabe ser original, y enumerando los que suceden, sin duda me quedaría con el primero en la universidad y el tramo final. Pero otras solo cumplen el estándar común y corriente de este tipo de largometrajes. Y hay que admitir que eso crea cierto desequilibrio, aunque agradezco que no se abuse de los “Jump Scares”, que sería el truco fácil para asustar al espectador.



En definitiva y resumiendo: REZA POR EL DIABLO no miente a nadie. Ofrece una historia con propuestas interesantes, pero no quiere profundizar en ellas ni tampoco lo necesita. Apuesta por lo que el espectador fanático del terror quiere, que es básicamente escenas con exorcismos que den una sensación de angustia por lo que sucede en la pantalla, y ahí funciona. En temas técnicos es aceptable en todo momento, las actuaciones superan el promedio y todo en conjunto funciona. Si esperas un drama disfrazado de trauma religioso, no lo vas a encontrar, pero si quieres disfrutar de un “tren de la bruja” sin ambición, pero con un sentimiento positivo hacia el espectador que le guste el terror, seguramente te merecerá la pena subirte al tren de REZA POR EL DIABLO.