Ferrari (2023)

 

El mundo del cine ha intentado una vez más capturar la esencia de un ícono automovilístico con "FERRARI" (2023). Inspirada en el libro del escritor  Brock Yates, esta obra fílmica pretende desvelar el hombre detrás de los motores ruidosos, los bólidos de ensueño, y el fulgor de la competición. Desafortunadamente, el film dirigido por Michael Mann naufraga al quedarse corto en emociones, centrándose excesivamente en la figura de su protagonista de una manera mal enfocada.

Verano de 1957. El expiloto de carreras Enzo Ferrari está en crisis. La bancarrota acecha a la empresa que él y su esposa, Laura, construyeron de la nada diez años atrás. Su tormentoso matrimonio se encuentra en medio de una gran crisis, mientras lidian con la muerte de su hijo. En esta crucial etapa, Ferrari tomará decisiones arriesgadas apostándolo todo en una única carrera que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia: la Mille Miglia.

El largometraje se compromete a explorar esta crisis crucial con una mirada particular a su emblemático fundador, Enzo Ferrari. Encerrado en un matrimonio carente de afecto con su compañera de vida y negocios Laura, interpretada por una Penélope Cruz que realiza la misma actuación dramática de cualquiera de sus otro largometrajes, Ferrari encuentra consuelo en los brazos de su amante de años, Lina Lardi, un personaje interpretado por Shailene Woodley que, a pesar de su talento, intenta como puede destacar en un arquetipo descolorido. Inmersos en un duelo personal tras la pérdida de su hijo, la narrativa desenreda las complicaciones matrimoniales y la insistencia de Lina en la legitimación de su hijo con Ferrari, mientras él se esfuerza por salvar su legado de la quiebra. La solución a sus problemas financieros parece encontrarse en su éxito o fracaso en la célebre carrera de resistencia, la Mille Miglia; pero la película se embrolla en la vida personal de Enzo, dejando a un lado lo que podría haber sido una desbordante exploración de sus hazañas automotrices.

Adam Driver ofrece una interpretación fallida de un Ferrari más empresario que visionario, una faceta que, aunque convincente, no ofrece el sentido de intimidad que uno esperaría de un relato biográfico. La narración superficial condena al ícono a ser un personaje sin contornos definidos dentro de una secuencia temporal  limitada a tres meses. Pasando de lo íntimo a lo espectacular, donde "FERRARI" pareciera tener la oportunidad de rescatar la exaltación al mostrarnos la Mille Miglia, de nuevo se queda corta. La emoción del espectador no se transmite hacia los pilotos que representan al equipo, y la carencia de vínculos emocionales desliza la carrera a una sucesión de imágenes bien filmadas pero carentes de sustancia.

A nivel técnico, el film es mas cercano a un producto de una plataforma digital, con una atmósfera adecuadamente recreada, localizaciones pintorescas y una fotografía intenta captar el drama de las carreras. La experiencia visual funciona a medias tintas, ofreciendo en ocasiones tomas detalladas y un sonido motorizado que, si bien encenderá la pasión de los entusiastas, no salvará el conjunto de una narrativa desangelada. El ritmo pausado de "FERRARI" compara con el que lleva un coche deportivo en un barrio tranquilo: con capacidad para más, pero constreñido por la lente fotográfica.

En definitiva y resumiendo: "FERRARI" plasmada en horas de celuloide, tenía el potencial de llevarnos a un viaje trepidante a través de su legado y la pasión que insufla en el corazón de los aficionados del automovilismo. En su lugar, nos ofrece un retrato incompleto del ícono, poniendo al descubierto no un motor de alto octanaje, sino una narrativa que merodea por la superficie, incapaz de sumergirse en las profundidades de su complejo corazón, con un nivel técnico donde no eres capaz de pensar como espectador, que estamos ante una película del gran Michael Mann.