Asia Presenta: The Red Wolf (1995)

"THE RED WOLF" (1995) representa un esfuerzo de mediados de los años 90 por parte del renombrado Yuen Woo-Ping, un coreógrafo y director cuyos trabajos anteriores, como "EL MONO BORRACHO EN EL OJO DEL TIGRE" (1978), han adquirido un estatus casi mítico en los círculos de cine de Hong Kong. Sin embargo, esta película parece navegar en aguas menos profundas, quedando a la sombra de sus predecesoras y del éxito internacional posterior que Woo-Ping encontraría en Hollywood.

Un grupo de terroristas matan al capitán de un crucero y toman como rehenes a todos los tripulantes y pasajeros. Su plan es robar el uranio que se almacena en la caja fuerte del barco. Ahora todo depende de un oficial de seguridad y una camarera..

La película, con su ambiente claustrofóbico a bordo de un crucero de lujo, es una encarnación palpable de las fantasías escapistas de los años 90, con sus claras reminiscencias a cintas occidentales como "ALERTA MAXIMA" (1992). No obstante, su fidelidad a estas influencias se convierte tanto en su calvario como en su redención, ofreciendo un terreno fértil para el espectáculo visual, pero limitando su capacidad de sorprendernos más allá de lo predecible. Kenny Ho, quien ocupa el rol central como el vigilante de la historia, cumple una actuación competente, aunque sin la chispa que vigoriza a los grandes iconos de acción. Su interpretación no es carente de mérito; su capaz retrato en las escenas de lucha es prueba de una dedicación loable al oficio. Pero la falta de una presencia dominante en pantalla limita la resonancia de su personaje en la memoria colectiva cinéfila.



El guion sigue una trama de clichés conocidos, algo que podría atribuirse a una era menos exigente en términos de originalidad argumental. La inclusión de una sub-trama que gira en torno al uranio en la cámara acorazada del capitán intenta, aunque de manera fallida, añadir una dimensión de tensión política que nunca llega a materializarse cabalmente. Sin embargo, es en la coreografía de lucha donde "THE RED WOLF" redime sus deficiencias narrativas. Yuen Woo-Ping, cual maestro artesano, manipula cada escena de acción con una destreza que convierte la violencia en arte. Alejándose del efectismo de la cámara lenta y los efectos especiales pesados, opta por un enfoque que honra la realidad física y la habilidad en lugar de la fantasía. Además, en una época donde los efectos asistidos por cable comenzaban a popularizarse, Woo-Ping se abstiene de depender demasiado de ellos, manteniendo un compromiso con la autenticidad del combate cuerpo a cuerpo que se agradece profundamente y le hace sumar puntos positivos a la película.



El recuerdo de la película se ve reforzada por las actuaciones de Elaine Lui y Collin Chou como los villanos, aunque sus roles no se desvían significativamente de los estereotipos genéricos. Su presencia añade la tensión necesaria, pero permanece dentro de la zona segura de los roles asignados, despojados de cualquier complejidad que pudiera haberles ofrecido una dimensión adicional fuera de los límites de su naturaleza antagonista. En contraparte, Christy Chung, encargada de proporcionar la dosis de alivio cómico, se encuentra en una constante lucha por equilibrar su papel dentro del tono fluctuante del film. A veces, su incorporación en situaciones tensas produce un cambio brusco en el registro que puede resultar extrañas para el espectador occidental.



A pesar de sus ambiciones, "THE RED WOLF" nunca eclipsa su naturaleza como paso intermedio en la carrera de Woo-Ping. Carece del atractivo necesario para proclamar su lugar entre los éxitos de culto, pero esta limitación no debe interpretarse como un fracaso absoluto. La película nos ofrece, en cambio, una cápsula del tiempo de un artista al borde de su transición a la notoriedad internacional. El desenlace del film, predecible aunque satisfactorio, no desencanta en cuanto a las expectativas de las convenciones del género. Sin embargo, refuerza la impresión de que el film podría haberse beneficiado de una mayor disposición a tomar riesgos más audaces en su narrativa y desarrollo de personajes. El legado de "THE RED WOLF", más allá de su recepción en su tiempo, se halla en los fundamentos que estableció para el futuro de Woo-Ping. Su marcha triunfal hacia Hollywood, con trabajos en "MATRIX" (1999) y ambas partes de "KILL BILL" (2003-2004) se cimentaron en las técnicas que Woo-Ping perfeccionó durante la creación de este y otros trabajos anteriores.



En definitiva y resumiendo: THE RED WOLF es digna de ser recordada en discusiones sobre la evolución del cine de acción y la coreografía de lucha. Es reflejo de un período de transición, que si bien no alcanzó la altura de sus predecesores, fue un vehículo esencial en la definición de Woo-Ping como uno de los coreógrafos de acción más influyentes en la historia del cine. Sin duda una película que no ofrece mucho con una historia manida, pero que en lo referente a la acción es una obligada recomendácion.