Tanto el actor Tom Cruise como el director Tony
Scott y hermano del cineasta Ridley Scott, se encontraban
entre las figuras definitorias del panorama cinematográfico estadounidense en
la década de 1980, por lo que sus colaboraciones estaban casi predestinadas al
éxito, tanto en la crítica como en la taquilla. Después de TOP GUN (1986) que
ahora tiene una especie de estatus de culto entre los fanáticos del cine (totalmente
comprensible) a continuación llego la película DIAS
DE TRUENO (1990), que trata sobre la
fascinación de Estados Unidos por las carreras de NASCAR, que todavía son muy
populares en la actualidad. Esta segunda colaboración entre el actor y director
es capaz de transmitir el tempo y la velocidad, mientras que la trama en sí,
especialmente la figura de Cole Trickle, alguien que nos resulta demasiado
familiar…
Cole Trickle (Tom Cruise) es un joven temerario que busca en la emoción de pilotar un bólido la audacia que le haga perder todos los miedos. Entra con buen pie en el complejo mundo de las carreras y no sólo se rodea de un buen equipo, sino que además cuenta con la inestimable ayuda de Harry (Robert Duvall) un buen amigo que sabe cómo estimularlo para alcanzar la gloria.