Ah Wei (Evelyne Kraft) es una hermosa joven
considerada la reina de la selva gracias a la protección de un simio gigante.
Pero un empresario sin escrúpulos logra capturar y transportar hasta la gran
ciudad a la criatura y utilizarlo de atracción turística. Ah Wei se dirigirá a
la ciudad para rescatarlo.
Cuando se discuten las mejores películas de la productora de
Shaw Brothers Studio, es probable que EL GRANDIOSO
HOMBRE DE PEKÍN (1977) no esté entre
ellas. Dicho esto, es una de las películas de Shaw más conocidas y ha
desarrollado un gran culto entre los fanáticos. Además de su lanzamiento en los
Estados Unidos en 1980 bajo el título GOLIATHON,
fue relanzada en los años 90 por la efímera Rolling Thunder Pictures de Quentin
Tarantino, una compañía de distribución diseñada para llevar películas
de culto a una audiencia convencional. Esto ayudó a que creciera el estado de
culto de la película, y EL GRANDIOSO HOMBRE DE PEKÍN puede haber sido hecho para aprovechar el éxito que tenía
el remake de KING KONG de 1976.
Si bien la película es esencialmente una versión de Hong
Kong de King Kong, no es una adaptación directa. Mezcla una buena cantidad de
Tarzán con el personaje de Evelyn Kraft, Ah Wei (o Samantha en la
versión doblada en inglés), y esta intersección de la historia cambia
fundamentalmente la relación entre los personajes del gorila y la niña. En EL GRANDIOSO HOMBRE DE PEKÍN, el gorila crio a Ah
Wei desde la infancia. La película nunca profundiza demasiado en esto (o
cualquier otra cosa que no sea el entretenimiento que complazca a los espectadores),
pero el vínculo subyacente entre los personajes es parental y más profundo de
lo que generalmente parece que sea. Durante el tercer acto de la película en
Hong Kong, tanto Ah Wei como el gorila son residentes desarraigados de la
jungla; sus vidas nunca serán las mismas. La mayor parte de la película intenta
mezclar humor con aventuras, pero esta trama también es trágica llegado el
momento.
El guion de Ni Kuang combina King Kong y
Tarzán con una imaginación distintiva de Hong Kong, pero debo admitir que los
efectos especiales son bastante chapuceros para esa época en la que se estrenó,
ya que se ve desde el primer momento a un tipo vestido de gorila destrozando paisajes
realizados a escala. Eso hace que el espectador desconecte de la historia y
solo se centre en los efectos especiales que es uno de los puntos negativos más
graves. Además, la forma de filmar la película hace que sea mas exagerado la
baja calidad de los efectos.
En definitiva y resumiendo: EL
GRANDIOSO HOMBRE DE PEKÍN es una película
que todos los amantes del cine del genero debería ver en algún momento de sus
vidas. Su combinación única de King Kong y Tarzán, con el estilo de Hong Kong y
trazas de Japón, y se unen para un entretenimiento que es considerada de culto
en círculos de cinéfilos.