En las calles de Nueva Orleans, se empieza a correr la voz
sobre una misteriosa nueva píldora que desbloquea superpoderes únicos para cada
usuario. La trampa: no sabes cómo te afectará hasta que la tomes. Mientras que
algunos desarrollan una piel a prueba de balas, invisibilidad y una fuerza
sobrenatural, otros exhiben una reacción más mortal. Pero cuando la píldora
eleva el crimen dentro de la ciudad a niveles peligrosos, un policía local (Joseph
Gordon-Levitt) se une a un traficante adolescente (Dominique
Fishback) y a un exsoldado alimentado por una venganza secreta (Jamie
Foxx) para luchar contra el poder con poder.
PROYECTO POWER (2020) es la última película de lo que me gusta
pensar que es el género de superhéroes postmoderno, en el sentido de que tiene
como objetivo dar una mirada cuasi realista a cómo los humanos podrían tener
superpoderes en el mundo real; la respuesta son las drogas, por supuesto. La
droga llamada Power (obvio) tiene algunos inconvenientes. Una es que los
poderes en sí solo duran cinco minutos, pero el mayor inconveniente de todos es
que el poder de todos es diferente. Algunos de ellos pueden ser interesantes,
pero otros pueden ser horribles, como el poder que obtiene un camello de esa
droga, donde estalla en llamas y acaba con quemaduras por su cuerpo y rostro.
La película está dirigida por los directores de CATFISH (2010) o PARANORMAL
ACTIVITY 3 (2011), Ariel
Schulman y Henry Joost. Su ultimo proyecto titulado NERVE (2016) ya dejaba claro que su camino era
realizar un largometraje de acción. PROYECTO POWER es un gran salto hacia adelante, al menos en lo que
respecta a las películas que provienen de Netflix, con una calificación +16 y
algo de acción de alto octanaje, principalmente cortesía de Jamie Foxx.
Su papel es el más exigente físicamente del actor en mucho
tiempo, con él obviamente en la mejor forma para interpretar el papel principal
de tipo duro. Sus escenas de acción son una sólida mezcla de combates cuerpo a
cuerpo y tiroteos, con algunas audaces coreografías. El problema principal es
que Schulman y Joost no saben realizar un buen
trabajo filmando la acción. Hay un gran momento en el que el personaje de Foxx
entra en un club lleno de secuaces con superpoderes, pero en lugar de
permitirnos disfrutar de la carnicería, lo filman desde la perspectiva de un
sujeto en pruebas que ha tomado Power y está dentro de un tanque de vidrio. Lo
que significa que nunca tienes una idea de lo que está sucediendo, una forma
barata de esconder que no son grandes directores de acción, aparte de que las
peleas mano a mano también disfrutan de ese “baile de San Vito” donde la cámara
se mueve con tembleque y el espectador no puede visualizar que está ocurriendo.
Por el contrario, el papel de Joseph Gordon-Levitt
pasa a un segundo plano, con él como un policía heroico que persigue a Foxx
durante la primera mitad de la película, antes de que ellos se den
cuenta de que están del mismo lado (oh sorpresa). Es genial ver a Levitt
en algunas escenas de acción (aunque Courtney B. Vance se
desperdicia en un pequeño papel secundario como su capitán), pero el papel realmente
no tiene mucho que hacer. La película también tiene como protagonista a la
actriz Dominique Fishback como Robin, un comerciante local con la
que Foxx hará buenas migas. Fishback profundiza en
lo que podría haber sido un papel simple, y le da más seriedad de la que
probablemente había en el guion. Lástima que la película se equivoque cuando se
trata de darnos un villano memorable, con el actor Rodrigo Santoro
como un secuaz glorificado. Amy Landecker podría haber sido una villana
interesante, pero solo se presenta en el tercer acto y de manera un poco
chapucera.
En definitiva y resumiendo: PROYECTO
POWER es una película entretenida y
con suficiente acción. No reinventa la rueda, pero como ejercicio de genero
funciona, y Foxx siempre es un buen líder en un largometraje,
mientras que Fischback es una estrella en ciernes.