El cine de terror siempre ha sido un terreno fértil para la experimentación formal, y la película francesa MADS (2024) dirigida por David Moreau, se inscribe en esta tradición con una propuesta audaz: una película rodada en un (falso) único plano secuencia de 95 minutos que sumerge al espectador en una espiral de caos, violencia y paranoia.
Tras probar una nueva droga, Romain sale de fiesta. De camino, recoge a una mujer herida de un lado de la carretera, la cual, al subir al coche, es presa del pánico y se golpea la cabeza hasta morir. Así comienza una noche de pesadilla durante la que Romain será incapaz de distinguir qué es real y qué son los efectos de un fármaco tan misterioso como potente.