Asia Presenta: Baaghi 4 (2025)

 

En el cine comercial hindi, las franquicias de acción se han convertido en una fórmula casi infalible de taquilla. BAAGHI 4 (2025), dirigida por el director canarés (del sur de la India)  A. Harsha en su debut en Bollywood, en donde se intenta seguir esa línea de cine mas adulto con una propuesta más oscura que sus predecesoras. Con Tiger Shroff como protagonista y Sanjay Dutt como villano de la función, Harnaaz Sandhu y Sonam Bajwa como intereses amorosos, y un elenco secundario que incluye a Shreyas Talpade, la película se vende como un choque entre acción brutal y drama emocional. Y si bien Tiger Shroff entrega probablemente su interpretación más completa hasta la fecha, el guion inconsistente y los problemas de censura en su clímax impiden que la película se eleve más allá de un entretenimiento bastante aceptable.

Tras sobrevivir a un accidente de coche, un hombre desconsolado se sume en el caos mientras la realidad se desdibuja. Sus seres queridos se preguntan qué es real mientras una verdad oculta le atrae hacia una red de obsesión y amor duradero.

La introducción marca un tono inusual para la saga: Ronnie, al borde de la muerte, carga con la culpa de un accidente que lo persigue como una maldición. Esta secuencia marca la diferencia respecto a las entregas previas: menos joven rebelde y más antihéroe atormentado. Harsha, conocido por películas como VEDHA (2022) en Kannada, imprime un tono más sombrío, casi introspectivo, que dota al inicio de cierta densidad dramática. El espectador no solo encuentra a un Tiger Shroff acrobático, sino a un personaje con grietas emocionales visibles. Es aquí donde Shroff sorprende. Aunque su carrera se ha cimentado sobre su físico, sus destrezas marciales y habilidades para el baile, en BAAGHI 4 intenta ampliar su registro. Su vulnerabilidad, mostrada en escenas de duelo interno y en su enfrentamiento verbal con Sanjay Dutt, lo humaniza más allá de la figura del héroe invencible. Este esfuerzo actoral, combinado con la intensidad de sus coreografías, convierte a Shroff en el eje indispensable de la cinta.


Como era de esperar, la película encuentra su mayor atractivo en las escenas de acción. A diferencia de entregas anteriores, donde algunas peleas resultaban forzadas o excesivamente coreografiadas, aquí la violencia se siente más orgánica. La secuencia en un orfanato en ruinas es un espectáculo visual que arranca aplausos, mientras que la secuencias de acción en la segunda mitad, con coches volando y Ronnie utilizando el entorno como arma, sintetiza el espíritu masala en estado puro: exagerado, ruidoso y vibrante. Sanjay Dutt aporta el peso necesario como antagonista. Su mera presencia dota de gravedad a la narrativa, y sus duelos con Shroff se convierten en los momentos más intensos del metraje. Harnaaz Sandhu, en su debut actoral - fue Miss Universo en 2021- ofrece destellos de frescura y promete una carrera a seguir, aunque su rol esté limitado por un guion que reduce a las figuras femeninas, al igual que el papel de la actriz punjabi Sonam Bawja a ser catalizadores emocionales del héroe o tener la escena musical mas provocativa. La música, como dicta la tradición del cine comercial hindi, juega un papel clave. Temas como "Akeli Laila" o "Yeh Mera Husn" se quedan en el oído y acompañan tanto al romance como a la acción. Pero las canciones romanticonas están cortadas todo por el mismo patrón.

El gran problema de BAAGHI 4 surge cuando intenta conciliar drama y acción con un hilo narrativo que pende de los giros de guion. Lo que arranca como un relato sobre la culpa y la obsesión pronto se convierte en una trama donde los giros cada vez son mas "locos"  y las visiones de Ronnie se mezclan de forma poco clara con la realidad. La segunda mitad directamente se deja de seriedad: el espectador se enfrenta a un caleidoscopio de escenas grandilocuentes, abrazando mas ese lado "Bollywood" que tienen otras películas del estilo. El romance, que en teoría debería añadir humanidad al relato, termina siendo un lastre. Las escenas con Harnaaz Sandhu y Sonam Bajwa se estiran en números musicales y diálogos repetitivos que rompen el ritmo. Lo que podría haber sido un contrapunto emotivo acaba convirtiéndose en un primer acto que tiene momentos realmente tediosos que interrumpe la tensión dramática. El clímax, además, sufre un golpe inesperado: la censura del país. Los cortes en la violencia, los subtítulos con los insultos con asteriscos y una edición atropellada - hay una escena donde hay cincuenta esbirros y a la siguiente toma están todos muertos (donde posiblemente fueron los diez minutos de censura) hacen que el enfrentamiento final entre Ronnie y el villano pierda fuerza. Lo que podría haber sido una locura violenta te deja con dudas sobre el destino de algún esbirro, otro secundario y alguna pregunta que no obtiene respuesta.


En lo visual, la película se muestra ambiciosa: paisajes rurales bañados en tonos sombríos y escenarios urbanos que funcionan como telón de fondo espectacular. Sin embargo, el CGI en explosiones y coches  resulta desigual, en ocasiones convincente y en otras cercano a lo digital barato (hay un tigre en una escena que posiblemente sea uno de los peores efectos CGI de los últimos años).  La edición no mantiene el pulso en la primera mitad, desordenada en sub-tramas pero que se mantiene firme en la fluidez de la segunda mitad. Comparada con producciones del 2025 como WAR 2, que logro equilibrar acción desbordante con narrativas más cohesionadas, BAAGHI 4 se percibe como un refrito de la fórmula del cine indio del sur. El director A. Harsha demuestra ambición, pero aún le falta la pericia para romper moldes dentro del cine masala en Bollywood.


En definitiva y resumiendo: BAAGHI 4 se desmarca del tono de las tres anteriores, enfocada en una acción grafica y historia mas cercana al cine Tamil o Kannada que al tono festivo de Bollywood. La película es un espectáculo que apuesta todo a la presencia de Tiger Shroff, y en ese sentido no defrauda: sus combates, su carisma y su esfuerzo por explorar un registro emocional más amplio lo convierten en el alma de la película. Sin embargo, la narrativa inconsistente, un romance excesivo y un clímax censurado impiden que el filme alcance la grandeza a la que aspira. Pero para quien espera un masala de acción vibrante y sangriento (teniendo escenas gore) diseñado para satisfacer a los fans acérrimos de este tipo de cine y que te haga aplaudir en alguna escena o en algún giro argumental, sin duda, merece la pena. Atentos, después de los créditos, hay escena extra.