GODZILLA VS KONG (2021) me ha dejado abrumado mas de una vez mientras la veía en la sala de cine y eso en cierta manera es admirable. Al igual que su predecesora GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS (2019) la película hace alarde implacable de excesos e indignación desde el principio hasta el final (siendo mucho peor la película de 2019) y finalmente llegué a aceptar esto con una amplia sonrisa incluso siendo muy consciente de sus defectos, incluida la trama sin sentido y un grupo de personajes (humanos) que sinceramente importan poco. Voy a ser sincero con el lector, si vas a pagar una entrada por GODZILLA VS KONG sin duda va a ver a esos dos icónicos titanes repartiéndose golpes el uno al otro, simplemente deje impresionarse por ello y olvídese por completo de lo que realizan esos pequeños personajes humanos que van de un lado a otro como “pollos sin cabeza”. Es un consejo que sin duda le hará disfrutar doblemente del largometraje.
Godzilla y Kong, dos de las fuerzas más poderosas de un planeta habitado por todo tipo de aterradoras criaturas, se enfrentan en un espectacular combate que sacude los cimientos de la humanidad. Kong y sus protectores emprenderán un peligroso viaje para encontrar su verdadero hogar. Con ellos está Jia (Kaylee Hottle) una joven huérfana con la que el gigante tiene un vínculo único y poderoso. En el camino se cruzan inesperadamente con el de un Godzilla enfurecido que va causando destrucción a su paso por el mundo. El choque épico entre los dos titanes —provocado por fuerzas invisibles— es solo el comienzo del misterio que se esconde en las profundidades del núcleo de la Tierra.
Durante su primera parte, la película establece rápidamente una emergencia repentina causada por la aparición inesperada de Godzilla, quien, como algunos de ustedes recuerdan, salvó a la Tierra y a la humanidad al vencer a su archienemigo criatura en la película anterior, pero que por algún motivo ataca una poderosa corporación global en Florida, lo que hace pensar que Godzilla quizá no es tan amigable como parecía. Vuelve a aparecer el personaje de la actriz Millie Bobby Brown que junto a un nerd odioso y un podcaster cospiranoico intentaran llegar al fono de porque Godzilla anda mosqueado. Esta subtrama posiblemente era la trama principal de la película, pero debido al fracaso que obtuvo GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS se nota con total descaro y sin importancia alguna del director Adam Wingard por ello, de que en la sala de montaje desapareció gran parte de esa trama, una acción que yo aplaudo por completo porque realmente cuando aparecen, es un buen momento para ir al lavabo en el cine, ya que sus interacciones son totalmente bochornosas.
Mientras tanto, la película también se centra en el estado actual de Kong, un gorila enorme que apareció anteriormente en KONG: LA ISLA CALAVERA (2017) Aunque han pasado alrededor de 50 años desde lo que sucedió en el largometraje Kong sigue siendo una entidad poderosa y agresiva, y ha sido estudiado por la Dra. Madison Russell (Rebecca Hall) y sus asociados en una instalación secreta diseñada específicamente para él. Kong dentro de su cautiverio, tiene el único consuelo para de tener una amistad en forma de la hija de la Dra., que dentro del mundo del cliché es sordomuda y que no le tiene miedo a Kong en absoluto. Y luego está el Dr. Nathan Lind (Alexander Skarsgård), un geólogo que ha estudiado la existencia de un gran mundo subterráneo denominado “la Tierra Hueca”. Esta seria la otra subtrama de GODZILLA VS KONG que dentro de lo absurdo y de las miles de preguntas sin respuesta que puede tener el espectador, esta mas desarrollada que la anterior. Ahora ya no comentare mas sobre el desarrollo de las dos historias porque directamente a nadie le importa lo que hagan e incluso el director lo sabe y lo muestra en pantalla, porque lo que el espectador quiere ver es la reunión de Godzilla y Kong sin importar como llegan el uno al otro.
Durante la primera secuencia de acción en un primer enfrentamiento entre ambos, y varias posteriores, la película nos bombardea con golpes y mucho ruido, pero nunca pierde su sentido de la diversión para ofrecerle al espectador el mayor de los espectáculos, y el director Adam Wingard, quien anteriormente dirigió TU ERES EL SIGUIENTE (2011) y THE GUEST (2014), sabe cómo dirigir una película de diversión que llegue incluso a emocionar por momentos. Sí, es posible que te preocupes por los considerables daños colaterales causados por los brutales enfrentamientos entre Godzilla y Kong, pero la película, afortunadamente, no entra en detalles al menos sobre eso, por lo que podemos divertirnos y emocionarnos más incluso cuando una gran ciudad llena de neones es completamente demolida durante el clímax final.
Una vez más, los personajes humanos en la película son en su mayoría insignificantes en general, pero eso no me importa mucho esta vez porque finalmente llegué a aceptar que la historia y los personajes humanos son más o menos elementos secundarios en esta y otras películas de monstruos gigantes, y obvio que el espectador no quiere estar viendo a humanos viendo monitores o discutiendo sobre ambos monstruos gigantes, aspecto que hace que la duración de 113 minutos pase en un autentico suspiro, y que no haya que alargar mas la historia cuando en ningún momento es necesaria.
Técnicamente hablando, aquí es donde GODZILLA VS KONG sobresale. Los efectos especiales son de primera categoría y visualmente espectaculares, con la primera batalla épica entre Godzilla y Kong donde realmente muestra el impresionante conocimiento técnico de Wingard y tiene un buen ojo para los escenarios viscerales y de gran escala. Y, sobre todo, la escena de la pelea no solo es épica, sino que también me puso la piel de gallina, algo nunca me ocurrió en GODZILLA: REY DE LOS MONSTRUOS. Sin mencionar que las escenas de la peleas tiene mejor claridad tanto en escenas nocturnas como diurnas.
En definitiva y resumiendo: GODZILLA
VS KONG es un espectáculo para todos
los sentidos. La película es posiblemente la mejor junto a KONG: LA ISLA CALAVERA de
ese “MonsterVerse” creado por Warner (y que acaba aquí). Un espectáculo lleno
de acción que hará disfrutar a los espectadores (me alegre muchísimo por volver
a oír aplausos en una sala de cine, después de los duros tiempos que han pasado
los cines). Cierto que el guion es un desastre cuando se enfoca en los
personajes humanos, pero ciertamente no veo a nadie quejarse por ello, ya que
los dos titanes son el foco de atención, y sus escenas además de filmadas de la
mejor manera, con guiños a otras películas y con un CGI muy aceptable. Puede resultar
ridícula en mas de una ocasión, pero transmite realmente lo que ofrece, una película
para comer palomitas y disfrutar en pantalla grande.
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