Lo admito, habiendo visto ya todas las películas de la
franquicia de HELLRAISER, hay que decir
que no hay un “fandom” que sufra tanto como este. Durante más de 20 años,
esencialmente han estado vagando por el desierto, esperando que un salvador
finalmente llegue para hacer la visión original de Clive Barker y
hubiera justicia con Pinhead desde la quinta parte. Durante ese tiempo, varios
cineastas diferentes han dado un paso al frente, algunos han realizado cambios
más salvajes y ambiciosos que otros, pero todos decididamente han fracasado. Por
varias razones, ya sea por la intromisión del estudio o su extrema
indiferencia, nadie se ha acercado a recuperar la grandeza absoluta de las dos
primeras entregas de la franquicia (o incluso el entretenido exceso que fue el
slasher de la tercera parte). En cambio, la mayoría de las secuelas directas al
video y DVD, se han sentido más como sustitutos que como películas reales,
producidas principalmente para que Dimension Films pudiera retener los derechos
de franquicia para un remake prometido desde hace mucho tiempo que ha sido
colgado como una zanahoria ante los fanáticos, solo para ser cruelmente reemplazado
con películas que insultan al espectador y de bajo presupuesto.
Tres detectives que siguen la pista a un terrorífico asesino en serie son atrapados en un laberinto donde se enfrentarán a sus mayores miedos.
Como la mayoría de las secuelas anteriores, HELLRAISER: JUDGMENT (2018) existe solo por esta razón: alguien en Dimension notó que los derechos estaban a punto de expirar, una vez más poniendo la maquinaria en movimiento para que otra película de franquicia sea estrenada rápidamente. Pero hay que reconocer que JUDGMENT al menos se siente como un intento genuino, ya que el veterano artista de efectos de franquicia Gary J. Tunnicliffe toma el timón y hace todo lo posible para dirigir la franquicia HELLRAISER a algo que se acerca a la decencia. Obviamente, nos gustaría verlo aspirar a la grandeza, pero una perspectiva realista reconoce que hay mucho que no se puede hacer con las obvias restricciones presupuestarias que impiden que JUDGMENT alcance tales aspiraciones. A diferencia de la mayoría de las secuelas de Dimension, JUDGMENT en realidad comenzó como un guion real de HELLRAISER, uno en el que Pinhead (Paul T. Taylor) y sus secuaces lamentan el estado del mundo moderno, cuyo nivel de atrocidad ha alcanzado puntos tan altos que hace que sea demasiado fácil para la gente disfrutar de sus fantasías enfermas, así que tienen que renovarse y ser más crueles, posiblemente Pinhead no se había dado cuenta de que ya habían estrenado THE HUMAN CENTIPEDE (2009) y su nivel grotesco ya ha quedado obsoleto.
Todo es bastante macabro y abstracto: imagina que David Lynch reinventa una mazmorra de tortura mugrienta y sucia, y el lector se puede hacer una pequeña idea. Por primera vez en años, al menos sientes que alguien está tratando de aprovechar genuinamente la marca de locura violenta y retorcida de Clive Barker. Con Tunnicliffe a cargo, ciertamente captura la vibración visceral y revulsiva del trabajo de Barker, incluso si los recursos limitados no pueden capturar la gran escala que se necesita para capturar la verdadera amplitud de las maquinaciones de Pinhead. Aun así, se aprecia el intento de ahondar en la mitología y ver a Pinhead siendo más que un dispositivo para la trama o como comentaba en anteriores criticas: Que solo salía al final para hacer de guía turístico y explicarle al protagonista porque está en la situación en la que se encuentra. JUDGMENT es la película más respetable desde HELLRAISER IV (1996), lo que quiere decir que definitivamente tiene su corazón en el lugar correcto. A pesar de que todo funciona en su contra, se las arregla para ser lo suficientemente decente incluso cuando Pinhead no está en la pantalla: claro, el impulso de la trama del asesino en serie se siente directamente sacada de SEVEN (1995), pero Tunnicliffe acepta la premisa con todo su potencial sangriento.
JUDGMENT hace todo lo posible por compensar el presupuesto con los aspectos de procedimiento, pero estos también son traicionados por la persistente sensación de que podría ser mejor. Ni Randy Wayne ni Damon Carney son particularmente convincentes como duros detectives: el primero se siente como una versión “hacendado” de Aaron Eckhart, mientras que el segundo simplemente se siente demasiado novato delante de la pantalla. A Alexandra Harris le va un poco mejor, pero no puedes evitar la sensación de que estos tres personajes son completamente desechables: en el mejor de los casos, HELLRAISER crea historias retorcidas y perversas de lujuria, codicia, ambición y tentación a través de personajes cautivadores. Incluso cuando cuando la historia recurre al drama interpersonal del matrimonio de Sean (Carney) y el giro de guion que lo acompaña, aterriza sin ningún tipo de ruido, porque básicamente el espectador se huele el giro a kilómetros. Nunca sientes que este conjunto de personajes es algo más que piezas de ajedrez en un tablero, esperando ser movidas en el camino de Pinhead.
Como tal, te queda una vez más con una secuela de HELLRAISER en la que estás esperando con impaciencia a que aparezcan los cenobitas. Prácticamente desaparecen durante largos periodos de tiempo, lo que estaría bien si se integraran de manera más fluida: irónicamente, JUDGMENT se siente tan inconexa como la mayoría de las secuelas. Dos películas decididamente diferentes están pegadas aquí: una es un procedimiento rutinario de asesino en serie, mientras que la otra, una mitad mucho más interesante, se atreve a mirar detrás de la cortina para encontrar a un Pinhead descontento que aparentemente está aburrido de su existencia (y quien no lo haría). Ciertamente se puede ver cómo los dos pueden unirse de manera satisfactoria, pero la película carece de una conexión para lograrlo. Al fin de al cabo, toda la trama secundaria del asesino en serie parece superficial: no solo esos personajes no están desarrollados, sino que molestan dentro de una batalla más grande entre Pinhead y sus “jefes” (si, Pinhead tiene un jefe que le putea).
Es cierto que estas cosas son un soplo de aire fresco, ya que busca expandir la mitología del universo de HELLRAISER e introducir algunos conceptos nuevos que apuntan en la dirección de los propios Evangelios de Barker. El infierno y sus emisarios obviamente han sido un lugar común, pero esta película revela la presencia de ángeles haciendo el trabajo del Señor, proporcionando a Pinhead diferentes cuestiones sobre si debe tener un buen trato con ellos. Si bien esto se vuelve a realizar de manera sencilla gracias al presupuesto, podría decirse que es lo más interesante que se agrega a la mitología. Pinhead es una de las pocas excepciones a la regla de que los íconos del terror se vuelven menos interesantes si intentas humanizarlos o explorar su historia de fondo: siempre ha habido algo interesante acechando detrás de él, y Taylor hace un trabajo decente sustituyendo a Doug Bradley, incluso si este giro de los acontecimientos hubiera sido mucho más impactante.
En definitiva y resumiendo: JUDGMENT
es (por el momento) la última película de la franquicia, y a pesar
de tener ideas muy interesantes, cuando se empieza a montar algo interesante
dentro de la historia, es cuando se acaba. Además, la escena post-creditos hace
que todo lo anterior (que acaba, como digo, siendo interesante) se desmonte por
completo. Eso como espectador, me frustra bastante, ya que el director Tunnicliffe
obviamente quiere hacer lo correcto con una franquicia en la que ha estado durante
más de 20 años, pero al menos los fanáticos se pueden contentar con un “final”
decente.