Desde hace unos seis años, Matthew Vaughn se
ha centrado exclusivamente en la franquicia de largometrajes basadas en el
comic de Mark Millar, con las dos primeras entregas que fueron KINGSMAN: SERVICIO SECRETO
(2014) y KINGSMAN: EL CIRCULO DE ORO (2017). Esta semana nos llega a la gran pantalla su
tercer largometraje titulado THE KING´S MAN: LA
PRIMERA MISION (2021), que bien podría ser la película más ambiciosa
hasta la fecha y que funciona como precuela de las dos anteriores.
Cuando un grupo formado por los tiranos y las mentes criminales más malvadas de la historia se une para desencadenar una guerra que matará a millones de personas, un hombre tendrá que luchar a contrarreloj para detenerlos. Tercera entrega de la saga 'Kingsman', ambientada muchos años antes de las anteriores y explicando el origen de la agencia.
Lo que le da a esta precuela un toque acogedor, maduro y refinado se encuentra en protagonista, el duque de Oxford (Ralph Fiennes), un veterano de la guerra civil convertido en aristócrata que juró un voto de pacifismo debido a un trágico suceso. Dentro de una franquicia violenta y absurda, Oxford se siente como un ser humano desarrollado con inseguridad y miedo que hace que el espectador simpatice con él, y la actuación de Fiennes cumple con creces. Por otro lado, el coprotagonista que es su propio hijo Conrad (Harris Dickinson), se une a él por el trauma. Cuando la película se centra en su dinámica, que es un ancla emocional importante, logra arrancar emociones en la platea.
Hay mucha ambición desde un punto de vista conceptual que pretende hacer una revisión de la historia, utilizando como telón de fondo la Primera Guerra Mundial, para contar una narrativa bastante impulsada por los personajes. Vaughn profundiza en los hechos del mundo real entre los gobernantes de Inglaterra, Rusia y Alemania, pero también le da un giro absurdo con las figuras históricas que desempeñan un papel integral en la guerra. Parte de la diversión proviene de ver a Tom Hollander realizando un triple papel como el rey Jorge, Wilhelm II de Rusia y el zar Nicolás II. Luego está Rhys Ifans como Rasputín, que directamente se come la pantalla cada vez que aparece. En varios momentos, especialmente durante el primer acto y el clímax, Vaughn disfruta de la estética que ha tenido la franquicia donde todo es tonto, absurdo, estúpido y alegremente violento. La acción es estrafalaria y bien realizada, pero desafortunadamente, alcanza su punto máximo bastante pronto con una secuencia de lucha increíble que involucra al personaje de Rasputín, pero el problema es cuando te das cuenta de que después de esa escena, queda más de una hora y cuarenta minutos de metraje.
Y aquí llega el principal problema de THE KING´S MAN que pretende tanto diferenciarse de sus anteriores películas en tono y carácter, que no logra encontrar un término medio debido a una grave crisis de identidad. Justo cuando el espectador está comprendiendo la difícil situación de la escena política de la Primera Guerra Mundial, el guion está en guerra consigo mismo, porque no sabe si comprometerse a ser una historia de “padre e hijo” impulsada por personajes, un thriller de espías absurdo, o un drama bélico. Desde el punto de vista estructural y atmosférico, la película es una suma de escenas que son un “Frankenstein” que nunca encaja. Aunque Oxford es el protagonista, el segundo acto cambia su enfoque a Conrad, quien hace que el tono se desvíe de ser una película de Kingsman y la transforma en un auténtico coñazo bélico que es muy aburrido y que parece la versión pobre de 1917 (2019) del director San Mendes, lo que te hace preguntarte a ti mismo: ¿Pero no estaba viendo una película de Kingsman?
Una vez que estás con Conrad, estás literalmente viendo otra película donde la investigación de Oxford se detiene por completo. El tono comienza a tomarse a sí mismo demasiado en serio, ya que describe la realidad de la guerra de una manera gráfica. Estoy totalmente a favor de romper con el “estatus quo”, pero ver un realismo tan serio y especialmente cuando hay un cambio de tono completo después de presenciar a Rasputín haciendo el “caricato”, es desconcertante. A mitad de la película, me daban ganas de dormirme. Toda esa parte esta pesimamente escrita, porque toma un montón de “clichés” de otros dramas bélicos y los aplica de la manera más chapucera hasta que por fin llega el clímax de la película, que retoma la acción absurda y la violencia.
En definitiva y resumiendo: THE
KING´S MAN: LA PRIMERA MISION pretende
ser demasiado ambiciosa y ser muy diferente a las anteriores, aspecto donde
falla completamente. Un guion muy pobre y su estilo desordenado impiden que sea
una buena película. Vaughn intenta desviarse de la identidad de
la franquicia, pero deja al espectador insatisfecho. Sin duda, hace un noble
esfuerzo por ser más refinada que las anteriores, pero debido a su crisis de
identidad, deja muchísimo que desear en todos los aspectos.
Disfruta del estreno de la película en CINEMES LAS VEGAS a partir del 29/12 si eres de Figueres o alrededores.