Elevator Game (2023)

 

La directora Rebekah McKendry buscaba explorar el oscuro historial de la mitología coreana con "ELEVATOR GAME" (2023), inspirándose en una historia de terror que emerge de las sombras urbanas. La premisa descansa sobre la arriesgada apuesta de asustar mediante el escenario de un ascensor, maldito por leyendas que recitan un macabro ritual a ejecutar a la hora bruja, las 3 a.m. El objetivo es aparentemente sencillo: seguir una secuencia de pisos y, al llegar al quinto, evitar a toda costa mirar o interactuar con "La Mujer del Quinto Piso". Esta figura espectral, si las reglas se rompen, se vuelve tu perdición. Para aquellos que esperan concluir con éxito este tétrico periplo, deberían terminar en la planta baja, pero surgen rumores sobre unos infortunios que los conducen hacia una realidades desconocidas.

El fenómeno online del mismo nombre que la película es un ritual que se lleva a cabo en un ascensor y en el que los participantes intentan viajar a otra dimensión siguiendo una serie de reglas que se pueden encontrar en la red.

Podría ser una fórmula para la emoción y el escalofrío, pero "ELEVATOR GAME" se desploma en un abismo de decepciones. Comienza con un inicio interesante, mostrando como una chica adolescente, Becki (Megan Best), acaba siendo presa del ente del ascensor, una escena que promete, pero la tensión se desvanece tan rápido como aparece, y esa expectativa se convierte rápidamente en la excepción y no la norma. Becki desaparece, y su hermano Ryan (Gino Anania) es arrastrado a un circo de cazadores de fantasmas de la era digital (tambien llamados Youtubers) cuyos arquetipos de personajes por desgracia parecen sacados de un mal día en la oficina de Scooby-Doo. Nadie parece tener el nivel de ingenio de Velma, o quizás se han esforzado tanto en ser una lamentable sombra de Mystery Inc. que han descuidado la originalidad y cualquier sentido de desarrollo real. Con poco tacto narrativo, el grupo se lanza a replicar el "Juego del Ascensor", un despliegue que supuestamente prometía mantener al espectador al borde del asiento, pero termina siendo más bien una tediosa y repetitiva demostración de la función básica de un ascensor: subir y bajar.


McKendry intenta desesperadamente hacer interesante el viaje de un ascensor, pero hasta sus propios personajes, con una muestra de cinismo demasiado consciente de sí mismo, proclaman lo contrario. Las muertes, que deberían ser el quid de cualquier película de terror que se respete, aquí se evaporan en la mediocridad y se ven lastradas por unos efectos digitales que parecerían antiguos incluso en la década de los 90´s. Los personajes son olvidables, meras siluetas destinadas a ser diluidas por la predecible "Mujer del Quinto Piso". Esta sombra apenas distinguida apenas tiene más presencia en pantalla que el insulso elenco principal, que parece conformarse con sobreactuar hasta la línea del ridículo y la vergüenza ajena.


La guinda del desastroso pastel de "ELEVATOR GAME" es su vacilante mitología, tan inconexa y aleatoria que deja al espectador preguntándose si los creadores se tomaron la molestia de establecer alguna regla en el juego. Cualquier suspense se disuelve en la ambigüedad, y la película culmina con una escena "sorpresa" tan forzada que parece un insulto al espectador, insinuando una secuela que nadie desearía ni en el peor de los casos.


En definitiva y resumiendo: "ELEVATOR GAME", en su arrogancia, intenta jugar con los nervios del público, pero en lugar de traernos un nuevo icono del terror, nos deja encerrados en un ciclo interminable de desilusión y tedio, con la verdadera sensación de terror siendo la posibilidad de tener que soportar una secuela de esta sosa narrativa o haber perdido 94 minutos de tu vida.