El exagente de policía Spenser (Mark Wahlberg)
regresa a los bajos fondos de Boston cuando destapa la conspiración causante de
un asesinato muy mediático. A pesar de las constantes amenazas, Spenser decide
tomarse la justicia por su mano para demostrar que nadie está por encima de la
ley.
Para aquellos que no lo saben (aspecto que yo tampoco sabía)
Spenser es el protagonista de cuarenta novelas escritas por el difunto Robert
B. Parker, más otras ocho de su sucesor Ace Atkins (la película
se basa en una de sus novelas: "Wonderland"). Spenser, por supuesto,
no es nuevo en las pantallas, ya que el personaje sirvió como base para una
serie de televisión en los años ochenta titulada "Spenser For Hire", con
Robert Urich y coprotagonizada con Avery Brooks como
Hawk, que era tan popular que obtuvo su spin-off, "A Man Called Hawk"
antes de aterrizar en "Star Trek: Espacio profundo nueve”. Además, Joe
Mantegna lo interpretó en algunas películas de televisión. ¿Aún seguís leyendo?.
El hecho es que Spenser es un personaje duradero, por lo que
no es sorprendente que Mark Wahlberg y su director más frecuente Peter
Berg se unieran a Netflix para lanzar lo que supongo que esperan sea
una franquicia de larga duración para todos los involucrados. Lástima que la
primera incursión de Spenser sea una mezcla tan variada. En el mejor de los
casos, se desarrolla como un thriller de Paramount Pictures de los noventa
(como un thriller de serie B como seria DOBLE TRAICIÓN),
mientras que, en el peor de los casos, se siente como una película para televisión
un poco glorificada, con la versión de Wahlberg sobre el
personaje de Spenser pero que no deja de ser una versión del actor que ya ha
interpretado una y otra vez.
También es una lástima porque la franquicia tiene cierto
potencial. Wahlberg no es una mala elección para interpretar a
Spenser, pero es un territorio muy familiar para el actor. Es un tipo duro del
sur de Boston con un genio especial y unos puños que lanza con facilidad.
¿Suena familiar? Aun así, probablemente no importaría mucho si SPENSER: CONFIDENTIAL (2020)
tuviera cierto interés añadido. El misterio, donde Spenser se siente obligado a
demostrar la inocencia de un colega muerto, se siente demasiado visto, y los
villanos no existen. Se pasa tanto tiempo estableciendo a Spenser como un tipo
duro, que cuando va mano a mano con el gran villano al final (cuya identidad es
absurda y fácil de adivinar), no hay sensación de amenaza incluso si Berg
le obliga al personaje recibir unas cuantas. Se gasta demasiado tiempo en el
misterio aburrido y si la “saga” continúa será por los personajes, todos los
cuales tienen potencial y parecen estar bien elegidos. Iliza Shlesinger
es una heroína interesante, mientras que Alan Arkin desempeña su
papel de mentor cínico a la perfección. Pero, donde la saga de Spenser necesita
enfocarse es en la relación entre nuestro héroe detective y Hawk, quien es
interpretado aquí por el bien elegido Winston Duke.
Si bien Spenser es bidimensional en comparación con los
libros (por lo que me han comentado gente que si ha leído algún libro) su
relación con Hawk funciona gracias a la química entre Duke y Wahlberg.
En esencia, SPENSER: CONFIDENTIAL es un “bromance” entre los dos. No hace falta ser un
genio para darse cuenta de que estos dos exconvictos se convertirán en mejores
amigos en la lucha contra el crimen, aunque nunca se explica por qué, al final,
Hawk, que se muestra como un luchador normal de MMA, de repente se convierte en
un pistolero que acierta todos sus tiros.
En definitiva y resumiendo: SPENSER:
CONFIDENTIAL se siente como un piloto
de TV con un precio modesto en lugar de un largometraje, y si bien hay cierto
potencial aquí, la primera película no es lo suficientemente buena como para
hacer que alguien pida seriamente por una secuela (yo no seré uno de ellos). Los
ritmos de acción son repetitivos, y cualquier sensación de peligro se ve
socavada por el hecho de que los héroes lo sobrepasan todo. Al menos Berg
y Wahlberg consiguen una calificación NRM16 para poder mostrar
violencia e insultos por doquier. Una vez más, la trama es demasiado familiar y
lo más cerca que estamos de un verdadero villano es un matón de prisión
interpretado por Post Malone, que simplemente no es lo suficientemente
amenazante en comparación con tipos como Wahlberg y Duke.
Con suerte, si hay otra película de Spenser, se doblará la acción, le darán un
villano decente y trabajarán un poco más para hacer del héroe un personaje
distintivo que pueda llevar una franquicia. Este no es un comienzo horrible,
pero desafortunadamente es mediocre.