Especialista en documentales históricos, el director Gabriel
Le Bomin parecía tener toda la legitimidad para llevar a la pantalla la
vida del general de Gaulle, aunque el cineasta nunca ha tenido éxito
en sus anteriores películas en la pantalla grande. En particular, recordamos
los fracasos comerciales de su thriller INSOUPCONNABLE
(2010) y NOS PATRIOTES (2017), más en
esta última por tener a una artista famosa como es Louane Emera (LA FAMILIA BÉLIER). Por tanto, se encuentra aquí
ante una gran dificultad: ¿cómo explicar la dimensión mítica del general de
Gaulle, sin dejar de estar cerca del hombre?
Paris, junio de 1940. La pareja de los "de Gaulle" intenta hacer frente al colapso militar y político de Francia. Charles de Gaulle pone rumbo a Londres mientras que su mujer Yvonne parte hacia el exilio con sus tres hijos.
La elección del director no es abarcar toda su vida - esto requeriría varias horas de metraje - sino concentrarse en dos fatídicos meses de mayo a junio de 1940. Por lo tanto, es el autor quien debe identificar al hombre capturado, en la confusión de la derrota militar, en un momento de elecciones que lo convertirán en el símbolo de la resistencia por la eternidad. Por lo tanto, Gabriel Le Bomin busca aprovechar este momento en el que la vida de un hombre se pone patas arriba para entrar para siempre en la historia nacional. Si el proyecto es indudablemente interesante, tal vez el título enfático de DE GAULLE (2020) no le conviene del todo, ya que el espectador puede esperar algo más amplio que esta descripción bastante sencilla de un solo episodio histórico.
Sin duda consciente de la pequeña dimensión romántica de su historia, el director se entrelaza con la aventura del general en Londres y la huida de su familia por los caminos del éxodo. Los dos arcos narrativos no siempre se complementan de forma armoniosa y, por tanto, el conjunto parece demasiado a menudo artificial y sobre todo desprovisto de emoción. Aunque el presupuesto fue sin duda sustancial, Gabriel Le Bomin nunca logra firmar una escena memorable e incluso momentos que tenían que ser emocionales, resultan ser demasiado fríos (exceptuando, como mucho, la escena en la clínica de deficientes mentales). Pero si la producción carece de cierta inspiración, el mayor defecto de DE GAULLE proviene de una dirección muy incierta de actores. Si podemos confiar en que Isabelle Carré y Olivier Gourmet serán justos sean cuales sean las circunstancias, no podemos decir de muchos otros actores, obviamente guiados por un camino equivocado debido a su director.
Además de personajes que son solo sombras fugaces (Sophie Quinton, Evelyne Buyle y otros cuyos roles no están desarrollados), el director no ha sabido manejar el desafío de representar personajes históricos como Pétain y de Gaulle. Philippe Laudenbach (Pétain) y Lambert Wilson (de Gaulle) se están ahogando en toneladas de maquillaje y prótesis que pretenden hacerles ser una copia de su modelo histórico. Lamentablemente, eso les prohíbe la más mínima expresión de rostro y destruye cualquier noción de actuación. No es por ser un crítico demasiado exagerado, pero Lambert Wilson, que es un actor que siempre gusta en sus interpretaciones, no está a la altura del personaje que tiene que interpretar, pero no por su actuación, sino a un guion que como repito, no transmite sentimientos al espectador. Sin embargo, no todo es decepcionante en este biopic histórico, ya que en particular para los aficionados a la Historia (en los que me encuentro) es interesante ver las negociaciones gubernamentales de mediados del mes de junio de 1940. Se siente bien que aparezca la línea de fractura entre los derrotistas, que desean sofocar a la República como es en el caso del personaje principal.
En definitiva y resumiendo: DE GAULLE me ha decepcionado como amante de la historia, ya que el director Gabriel Le Bomin se siente perdido en la mayoría del metraje. Las escenas donde se quiere mostrar a un Gaulle mas humano junto a su mujer y su hija (con síndrome de Down) son torpes y poco desarrolladas (quizá por el poco interés que tiene el director en realizarlas) y esa apariencia de película mainstream con música orquestal para subrayar las emociones, no consigue tampoco que deje de ser una historia fría en general. Sin duda es una película que no gustara a todo el mundo, ya que se interesa mas en reflejar un episodio histórico después de una guerra, pero tampoco tiene un drama atrayente para el publico en general. Quizá si se hubiera realizado algo con mas carisma o una narración de un momento en la vida del personaje que hubiera sido mas interesante, hubiera sido una mejor película. Pero se queda en tierra de nadie, aunque aprueba por los pelos.
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