Una noche en Zoópolis (2024)

 

"UNA NOCHE EN ZOOPOLIS" (2024) emerge en la cartelera como una propuesta animada que coquetea con el género del terror de una manera peculiarmente infantilizada, generando un interesante debate personal para los padres que sopesan una visita al cine familiar. La película, que viene avalada por su originalidad y un equilibrio tonal entre humor y una tensión suavizada, demanda una mirada detenida para discernir si su propuesta es verdaderamente adecuada para los miembros más pequeños de la familia.

Una noche un meteorito se estrella en un zoológico desatando un virus que transforma a los animales en viscosos zombis. Gracie, una joven loba, se une en la aventura a Dan, un puma salvaje recién llegado, para idear un plan y que los animales vuelvan a la normalidad. Junto a la ayuda de un grupo de supervivientes muy peculiares se embarcan en la peligrosa misión de rescatar el zoo del apocalipsis.

Visualmente, la película dirigida por Ricardo Curtis y Rodrigo Perez- Castro despliega un universo donde la fauna de un zoológico se ve transformada por un evento cósmico en criaturas con comportamientos que evocan el imaginario zombi, aunque despojados de la visceralidad y el gore inherentes al género adulto. La estética es una fusión entre la vivacidad cromática de la franquicia de "MADAGASCAR" y un estilo más sombrío, construye un escenario visualmente atractivo y, en ciertos momentos, intrigante para los niños. Los diseños de las criaturas mutantes, aunque imaginativos y con un punto ingenioso, mantienen una línea caricaturesca que busca, presumiblemente, mitigar cualquier impacto excesivamente perturbador en el público infantil.

Narrativamente, "UNA NOCHE EN ZOOPOLIS" se articula en torno a un esquema de aventura predecible, donde una joven protagonista (una loba) llena de un espíritu de superación, forma una alianza improbable con un personaje adulto arisco y escéptico (un puma).  Su periplo a través del caos desatado en el zoológico sirve como marco para una serie de secuencias de acción que, aunque mantienen un ritmo aceptable, carecen de una tensión dramática genuina. La resolución de los conflictos se antoja, en ocasiones, simplista, desprovista de la complejidad que podría haber enriquecido la experiencia para un público adulto que acompaña a sus hijos a la sala o de un mensaje mas profundo.


El tratamiento del elemento de terror, piedra angular de la premisa, se aborda con una cautela que raya en la timidez. Si bien la película introduce la imaginería de la transformación y la persecución, se evita cualquier representación explícita de violencia o terror profundo. Esta decisión, comprensible desde una perspectiva de clasificación por edades, limita la capacidad del filme para explorar las implicaciones más oscuras de su concepto y, por ende, para resonar de manera significativa en un espectador adulto familiarizado con el género. El humor, presente de forma intermitente, se inclina hacia el gag visual y el chiste de situación, con resultados desiguales. Si bien algunos momentos logran generar una sonrisa -casi todos protagonizados por un bebe hipopótamo - en general se percibe una falta de sofisticación en el guion que impida que el humor trascienda lo puramente anecdótico y contribuya de manera sustancial al desarrollo de los personajes o a la profundización de la trama.


Desde una perspectiva adulta, y considerando la idoneidad de la película para niños muy pequeños, "UNA NOCHE EN ZOOPOLIS" se revela como una propuesta ambivalente. Si bien evita el terror explícito, la presencia de criaturas con una apariencia inusual y un comportamiento amenazante, aunque atenuado, podría generar inquietud en niños pequeños o con una sensibilidad particular a las imágenes que se desvían de la norma. La ausencia de una exploración temática profunda y una narrativa que se adhiere a fórmulas convencionales limitan su capacidad para ofrecer una experiencia cinematográfica enriquecedora para los padres que buscan algo más que un mero entretenimiento superficial para sus hijos o una tarde en el cine con palomitas.


En definitiva y resumiendo: "UNA NOCHE EN ZOOPOLIS" es un ejercicio de intenciones originales que, sin embargo, no logra trascender sus limitaciones como producto de entretenimiento familiar con concesiones al género del terror. Su atractivo para niños muy pequeños dependerá en gran medida de la sensibilidad individual de cada espectador ante la imaginería de criaturas transformadas y situaciones de peligro, aunque estas se presenten de forma bastante edulcorada. Para el público adulto, la película ofrece un entretenimiento ligero y visualmente curioso, pero carece de la profundidad narrativa y la sofisticación temática que podrían haberla elevado a una propuesta cinematográfica más memorable. La película se convierte en una opción moderadamente recomendable para una tarde de cine familiar, con la salvedad de la necesidad de una consideración individualizada de la adecuación de su contenido para los espectadores más pequeños, que puedan asustarse fácilmente.