Hay momentos en los que uno simplemente llega al límite. Y con ALPHA, la nueva película de Julia Ducournau, ese momento ha llegado para mí. Hablo de una directora que, durante años, ha generado tanto fascinación como rechazo, pero que siempre despertaba algo. CRUDO (2016) supuso un golpe visceral. TITANE (2021) dividió al mundo mientras ganaba la Palma de Oro, elevando a Ducournau al Olimpo como una de las voces más atrevidas del horror corporal contemporáneo.
Por eso, quizá con demasiada ingenuidad, me atreví con ALPHA con la esperanza de reencontrar esa energía bruta, ese filo incómodo que la caracterizaba y que muchos alaban. Pero ALPHA no solo me decepcionó: marcó el punto final de una relación creativa que ya no tiene nada que ofrecerme. Ducournau y yo hemos llegado a un callejón sin salida.
Alpha es una problemática adolescente de 13 años que vive con su madre soltera. Su mundo se derrumbará el día que vuelve del colegio con un tatuaje en el brazo.


