Festival de la canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga (2020)

Lars (Will Ferrell) y Sigrit (Rachel McAdams) son dos músicos islandeses desconocidos que tienen delante la oportunidad de su vida: representar a su país en el concurso musical más importante del mundo. Ahora podrán demostrar que hay sueños por los que vale la pena luchar.


Cuando combinas un enorme escaparate de música europea con actuaciones coloridas junto con Will Ferrell y Rachel McAdams con acentos islandeses y un cabello rubio, y luego agregas numerosos chistes centrados en la existencia de los elfos, seguramente obtendrás algo ridículo en general. Ese ridículo se titula FESTIVAL DE LA CANCION DE EUROVISION: LA HISTORIA DE FIRE SAGA (2020) y aparte de tener un título bastante largo, el espectador voluntariamente se someterá a ser barrido por las elaboradas actuaciones musicales y la abundancia la comedia absurda.


Como dos músicos que han tratado de incursionar en el mundo de la música pop europea durante décadas, Ferrell y McAdams interpretan a los cantantes islandeses Lars Erikssong y Sigrit Ericksdottir, quienes juntos forman el dúo musical Fire Saga. Mientras que el dúo se especializa en baladas techno y con la obsesión de Lars y Sigrit (sobre todo de Lars) por ganar el festival de Eurovisión. Entre los problemas familiares de Lars, el potencial creativo sin explotar de Sigrit, un romance tácito entre los dos e incluso una rocambolesca situación que hace que el dúo entre a participar en el Festival de Eurovisión, hay mucha trama establecida en el primer acto. Pero gran parte de esto es tan raído que cuando los dos finalmente son llevados a Escocia para la competencia, es bastante fácil dejar todo de lado y centrarse en la química de los protagonistas y la “fantasía” de momentos coloridos. David Dobkin, haciendo su primer esfuerzo como director desde el drama del 2014 titulado EL JUEZ, no puede entrelazar todos los hilos temáticos de una manera que no haga que la mitad parezca un desperdicio, pero es capaz de apoyarse en la irreverencia y el espectáculo de sus estrellas para perdonar sus fallos narrativos.


Cualquiera que no haya sido un gran admirador de los recientes papeles de Ferrell, puede finalmente ver que ha vuelto al humor que tan famoso le hizo en el pasado. Escribiendo el guion junto a Andrew Steele, su trabajo aquí me recuerda a las comedias como PATINAZO A LA GLORIA (2007), PASADO DE VUELTAS (2006) o incluso EL REPORTERO: LA LEYENDA DE RON BURGUNDY (2004), en las que adopta una personalidad extravagante y juega con ella con total sinceridad. Canta con gusto y usa una gran variedad de trajes plateados casi futuristas. Es posible que su trabajo aquí y la película en sí no se comparen con algunos de esos primeros trabajos, pero es suficiente para que te olvides de por ej. HOLMES Y WATSON (2018). Tomando el centro del escenario con él está la encantadora McAdams, quien continúa con buenos papeles en la comedia. La actriz entiende el absurdo de Ferrell como Sigrit, siendo enérgica, y aunque en realidad no sea su voz la que cante las canciones (esta mezclada con la voz de la cantante Molly Sanden) dirige el escenario con una energía brutal. En muchos sentidos, la película se siente más como suya, ya que el núcleo emocional se tambalea más hacia ella.


Pero a pesar de lo agradable y divertida que es su química, de todos los hilos de la trama utilizados para estirar la película en dos horas innecesarias (su mayor fallo), el menos interesante es el ángulo romántico en el que se basa la mayor parte de la historia. Dan Stevens sin duda se come la pantalla en cada escena en la que aparece su personaje, una estrella del pop ruso llamado Alexander Lemtov. La dinámica interesante del personaje es que Lemtov está luchando contra su sexualidad, como un hombre gay encerrado que tiene que lidiar con la homofobia rusa, pero este elemento se reduce para que pueda ser el elemento en el angulo amoroso entre los celos de Lars y Sigrit. Pero, como muchos de los defectos en LA HISTORIA DE FIRE SAGA es difícil prestarles mucha atención cuando se escucha la música, como cuando Lemtov, quien, con una voz profunda y operística, posee el escenario con el himno titulado "Lion of Love." Muchas otras canciones adornan el escenario, aparte de un “medley” improvisado durante una fiesta, en la que te quedas con una gran sonrisa.


En definitiva y resumiendo: La energía y el humor frente a las anomalías estructurales ganan en LA HISTORIA DE FIRE SAGA. No es otra comedia mala de Netflix (algo que abunda bastante por la plataforma) que mata las neuronas del espectador, ni tampoco es una comedia que merezca un estudio mas detallado. Es una comedia inofensiva (se nota que tratan con cariño al festival de Eurovisión), absurda (en el buen sentido) y con un cariño en el largometraje por parte de todos los que han participado, que se nota. La música merece la pena con canciones como VOLCANO MAN, JAJA DING DONG o la excelente HUVASIK y que hará que el espectador desconecte durante de dos horas de los problemas y se deje llevar por Eurovisión.


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