
El año fue 1981. El mundo estuvo un año alejado del
lanzamiento del slasher de Sean Cunningham, titulado VIERNES 13, y decenas de imitadores comenzaron a
entrar en la refriega. El hecho de que poseo no menos de diez películas slasher
de 1981 es un testimonio de este hecho. Entre ellas hay varias películas que se
habían perdido en el tiempo porque eran simplemente eso: imitaciones baratas de
mejores películas. Por otro lado, varias han resistido la prueba del tiempo por
cualquier razón, y EL ASESINO DE ROSEMARY (1981) claramente cae en esta categoría. Aunque sigue
siendo un poco discutible para el público en general, cualquier fanático de los
slasher cita la película de Joseph Zito como una de las películas
que merece la pena ser vista.